No podía faltar de nuevo a esta cita, y es la quinta edición en la que participo. Primera en 2018 y única interrupción por la pandemia.

Carrera exigente como siempre pero muy agradable y con esas cuestas que tango gustan subir y dejarse caer en modo avión controlado.

El día de la carrera nos encontramos los habituales de Coentrena: el gran Carlos Benito, Ángel, Gonzalo y… falta don Alberto Barrantes. Raro, raro.

La carrera empieza a las 10 de la mañana. Recojo el dorsal el mismo domingo y voy con tiempo para ver el ambiente y pasear por la zona. Hace un frio que pela, aunque no está nublado y en cuanto sale el sol, se agradece bastante.

Quedo con Carlos antes de comenzar y vemos al resto de Coentrena (foto de rigor).

Aquí no tengo objetivo. Acabar con buenas sensaciones y sufriendo lo necesario, ya que el sábado tuve un partido de dos horas de tenis agotador y no he descansado mucho por la noche.

Con ello, sin calentar, que hace mucho frío, comenzamos la carrera. El primer kilómetro y medio lo hacemos en equipo. Hasta la primera gran cuesta abajo, que me despido y me dejo caer.

A ritmo muy alto por cuestas abajo, y con el corazón sin revolucionar, me tiro empicado hasta la primera subida pasado el túnel y saliendo de Fuencarral.

Las dos primeras subidas me las tomo con mucha calma y subo despacito. A unos 5min/km para reservar fuerzas para el final. Las bajadas las hago a todo lo que da la gravedad.

Voy adelantando a bastantes corredores, sobre todo bajando. Subiendo intento pegarme a alguno que llevo delante para controlar los ritmos.

Sobre el kilómetro 8, en la última bajada antes de llegar a la rotonda del fin de la muralla, comento con un señor, al cual nos hemos ido adelantando mutuamente durante toda la carrera, que da gusto bajar así.

A partir de entonces, vamos juntos el resto de carrera. Se llama Ángel, tiene 59 años y es un puto crack. Lleva 22 Maratones de Madrid y un ritmo envidiable, aunque es su primera participación en esta carrera, se le ve muy fresco. En recta va tirando en torno a 4’5″ km y 4’15» km. Voy un poco más rápido de lo que tenía pensado, pero el ir en compañía lo hace más agradable y tengo así donde apoyarme en caso de querer tirar del cuerpo.

A este ritmo vamos hasta que entramos en Herrera Oria. Le digo que tire él adelante si va bien y quiere llevar otro ritmo, pero me dice que vamos juntos y apechugamos los dos.

Cuando vamos subiendo nos ponemos a 5 min/km, pero en cada repecho que encontramos nos ponemos de nuevo entre 4’5″ km y 4’15» km. Me va llevando el ritmo en la carrera, pero veo que voy aguantando. A él se le ve más fuerte que a mí.

Así pasamos los 6 kilómetros finales de cuesta arriba. Al final le digo que si quiere esprintar que no se preocupe por mí, pero me vuelve a decir que vamos juntos en carrera. Qué bonito es el atletismo. Sin conocernos de nada y sin separarnos aunque se pueda hacer mejor tiempo. Ole por Ángel y por todo el atletismo. Se nota que es de la vieja escuela. Parece muy buena persona.

Así vamos directos a meta y nos abrazamos al terminar. Con suerte nos vemos en la Media Maratón de Madrid.

El tiempo final 1h29’04». No pensaba bajar de 1h30′ pero aquí lo tengo.

Hasta el año que viene Fuencarral. Espero volver a mi cita.

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