Media Maratón San Lorenzo de El Escorial19/06/2022
A esta si que tenía ganas de volver. La corrí la primera vez antes de la pandemia con miras a disputarla dos años después que cambiaba de categoría, ya que quedé en el puesto 15 y con opciones a medalla en caso de tener un par de años más. No fue así pero aquí estoy de nuevo preparado para esta exigente carrera pero que se te queda grabada en la memoria (y en las piernas también) con ganas de que pase el año para repetirla. Además es una carrera que gusta correr porque no está masificada. Apenas 500 inscripciones que parecen no haberse completado. Un gustazo, oiga.
Esta vez voy acompañado. He medio engañado a Roberto Ocaña, compañero de entrenamientos, para que se apunte y «paseemos» por los montes de El Escorial. Una barbacoa nos espera después en casa de sus padres (Zarzalejo) por cortesía suya, para reponer fuerzas.
El objetivo de este año, que voy menos fuerte que en mi debut, es solamente subir el puerto de Abantos corriendo, sin tener que parar para andar. Son 5kms muy duros que me gustaría hacerlos sin pausa.
El mismo día de la carrera recogemos el dorsal en el polideportivo de San Lorenzo. Me encuentro con tres Coentrenas más: Carmen, Anita y Diego.
Calentamos un poco cerca del polideportivo y nos situamos en meta para salir.
Tras el disparo inicial, intento ir a 4’30» durante los primeros metros de la carrera, aunque un par de cuestas arriba y una cuesta pronunciada hacia abajo antes de salir a la carretera de Guadarrama rompen el ritmo totalmente. Este primer kilómetro es un gran resumen de lo que será la carrera.
Tras la primera cuesta abajo, me sitúo a pocos metros de la cabeza de carrera. Ahí bajo el ritmo de nuevo a 4’30» ya que he bajado como si llegara a meta y no quiero quemar mucho antes de comenzar a subir.
La carretera de Guadarrama la voy controlando. Los primeros corredores se escapan pero no es mi carrera. No por lo menos hasta que comencemos a bajar.
Comienzan los 5 kilómetros de la culebra de subida. Los dos primeros kilómetros los voy subiendo a buen ritmo. A buen ritmo lento quiero decir. Pero por más que me esfuerzo me cuesta mucho ir tan despacio. No soy capaz de controlar las cuestas arriba. Me acuerdo mucho de mi entrenador Oscar de las Mozas con las series de cuestas, que me ha hecho mucho bien en entrenamientos para conseguir mis objetivos, pero cada vez que veo una cuesta en carrera la subo como si estuviera al final la meta.
Me intento pegar a un corredor que lleva un ritmo de 6 min/km y a la primera chica de la carrera pero poco a poco voy más deprisa. Poco a poco hasta que en el kilómetro dos y medio me tengo que parar para andar. Tampoco hace falta sufrir ni forzar por forzar. Si el cuerpo me está llamando, tengo que escucharlo. ¡Educación, señores!
Bueno, pues objetivo no cumplido. Y cuanto antes se asuma, pues mejor. No me cuesta nada comenzar a correr de nuevo. Eso sí, en la subida tengo que parar tres veces a andar. Tres veces a coger fuerza y tres veces arrancando como si nada. Las que sean necesarias.
Una vez llegados a la parte alta del puerto, entramos en zona de árboles y con sendero para correr plano, donde se recupera bastante ´las piernas. Esto si que es correr y no lo de hasta ahora. Encima con unas vistas increíbles del Monasterio de El Escorial, el embalse del Romeral y de todo Madrid.
Ahora pasamos a algunos kilómetros en zigzag de bajada. Toca descenso loco sin frenos. Me tiro de cabeza casi literalmente. Voy con brazos abiertos adelantando muchos corredores, adelantando a un par de vacas que aparecen por el camino, hablando solo en alto y a punto de tragarme alguna curva… Voy casi en un fórmula 1 desatado.
Una vez se ha bajado todo lo subido hasta el momento, para equilibrar Abantos, nos metemos por urbanizaciones varias con toboganes continuos de subir bajar que rompen las piernas. Esta es la parte de la carrera que no me acordaba y que no es nada agradable. Aun así, mantengo un buen ritmo en las subidas (me estoy asombrando conmigo mismo) y me vuelvo a tirar en cada bajada. En toda la carrera estoy mirando el reloj para ver velocidades medias, solo por sensaciones, y muy positivas.
Por fin pasamos por el Monasterio de El Escorial. Qué bonito es, sobre todo para visitarlo paseando, porque después de los kilómetros que llevamos…
Ahora entramos en el pueblo. Callejeamos. Más cuestas arriba. Alguna abajo. Más cuestas arriba… y ya casi me planto. Me cruzo. Me digo que la próxima la subo andando. Y llega la próxima. Una gran cuesta con mucha pendiente y larga. ¿Quizás la más inclinada del pueblo? Pues la subo andando. Quizás queden solo 3 kilómetros para acabar, pero ya he sufrido hoy lo suficiente. A partir de ahora solo disfrute, por favor.
Aquí me adelanta un corredor. El primero que me adelanta desde que subimos a Abantos. Tampoco está mal, no? Eso dice mucho del ritmo que he llevado y de las buenas sensaciones que tengo hoy.
Le voy siguiendo aunque va más fuerte que yo y, poco a poco, va ganando distancia. ¡Qué bonito es el atletismo! Pienso que él hace su carrera, yo la mía y lo doy por ganador. A parte, por detrás no veo a nadie que me siga
Durante todo el recorrido ha habido mucha gente animando y me da por preguntarle a un lugareño, sin muchas pretensiones que me diga algo coherente, que en qué posición voy. Me responde que el 15. Lo mismo que el año pasado. Lo que me hacer reír y ser incrédulo ante su respuesta. Sonrisa en cara y gracias, señor por la respuesta. Lo recuerdo durante un tiempo y me sigo riendo.
Llegamos a las cercanías de la meta. Los mismos sube y baja que al principio, ya que final del recorrido es el mismo que el inicio.
Miro el reloj y no me lo creo. Estoy haciendo un tiempazo. Enfoco los últimos centenares de metros con una sonrisa de oreja a oreja. Entro en meta con los brazos arriba con ganas de terminar pero sin creerme el tiempo realizado: 1h32’12». Menos de un minuto más de la primera vez que la corrí y entrenando bastante menos.
En 1h46′ entra Roberto. Un tiempazo también para esta carrera. ¡Enhorabuena!
En meta espera cerveza, sándwiches, sandía… para intentar reponer después de estirar e hidratarse bien.
Que dura, que bonita es y como engancha esta carrera. Tengo claro que intentaré correrla de nuevo al año que viene. Abantos, ¡espero verte en 2023!