55 San Silvestre Vallecana
31/12/2019

Tiempo: 34:52

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El objetivo de este año es hacer un nuevo MMP, a sabiendas que va a ser muy exigente, pero he estado realizando un entrenamiento específico de 10k para poderlo lograr. Un entrenamiento duro con un objetivo, no se aún si posible, teniendo en cuenta que estaré de baja unos 10 días por operación bucal. El ritmo de carrera medio debe ser por debajo de 3’30», estando alrededor de 3’15 en recta y bajada, y 3’30» en las subidas…así 10 kilómetros? ¡Vamos a ello!

A la carrera me presento descansado, pero con muchos nervios. Con muchas ganas de bajar de tiempo, pero sin estar convencido de poder controlar el crono y no quedarme en el camino. En verdad, aun no sé cómo controlar el ritmo. Irán mi tío Jose y mi madre al estadio para verme entrar.

A la carrera voy corriendo desde casa para calentar. A un poco más de 2 kilómetros. Antes de la salida quedo con Juan, otro Coentrena que corre la Internacional, para hacer unas series antes del evento por Concha espina. Así se calientan los motores y adaptan las piernas al ritmo medio que vamos a llevar.

5 minutos antes del comienzo, entramos en el cajón de salida. Caliento pulmones, respiro hondo, intento concentrarme para medir fuerzas durante el recorrido… en tan pocos minutos da tiempo para mucho. Se hacen siempre eterna la espera hasta el inicio.

A la hora en punto, 19:55, sin disparo de salida ni aviso alguno, comienza la carrera. Salgo disparado Concha Espina para arriba. Me repito muchas veces que, con cabeza, que debo controlar el ritmo para no quemarme en los primeros kilómetros… con lo que subo rápido pero sin quemar mucho.

Hacia República Argentina incremento bastante el ritmo, de ahí hasta Serrano, todo cuesta abajo e intentando recuperar algo de lo gastado durante la primera subida. Pronto me doy cuenta que, a esa velocidad, por mucho que libere la cabeza, no se recupera del todo, se sigue desgastando las piernas y el corazón sigue acelerado. Llegamos a Serrano, cuesta abajo inclinada para llegar a la segunda cuesta arriba. Acelero cuesta abajo y aprieto al subir para no perder tiempo, y mantener el ritmo de 3’30» en las subidas.

Al estabilizarme en Serrano, veo que llevo el mismo tiempo que el año pasado, controlando mucho más la carrera, sin tanto esfuerzo y siendo más consciente de la misma. Lo que es decir que estoy disfrutando de la carrera, aunque el ritmo me requiere máxima concentración. Entonces me relajo y tengo que volver a apretar.

Llegamos a la Puerta de Alcalá y me dejo caer hasta Castellana. Aumento el ritmo, pero sigo controlando. En el Paseo del Prado está el arco de 5 kilómetros. Paso con unos segundos menos que el año pasado. Algo llevo de ventaja. Aun así, viendo que puedo bajar marca, la cabeza me puede y sigue controlando la carrera. No me dejo llevar y respeto el ritmo.

Subimos por Carlos V, al lado de Atocha, para Ciudad de Barcelona. La subida ni se me hace muy dura ya que la hago más relajada que otros años. Aquí relajo el ritmo y pierdo algo de tiempo. Algo dentro de mi hace que me deje de importar tanto la marca. Aunque veo que puedo conseguirlo, le dejo de dar tanta importancia. Aunque sigo llevando un ritmo muy rápido, no me exprimo al 100%. Es como si solamente por el hecho de estar corriendo la carrera y haber aguantado ese ritmo hasta este punto ya estuviera satisfecho.

Bajada muy rápida por Ciudad de Barcelona, que se hace muy larga esta avenida siempre, ya que es el último apretón cuesta abajo de la carrera.

Pasamos por el puente y entramos en Vallecas. Parte crucial de la carrera y donde empieza en sí la misma. A apretar y quemar todo lo que se tenga reservado.

Pues mi cabeza me sigue controlando, veo que llevo el mismo tiempo que el año pasado y no voy con ninguna ventaja. Si recorto tiempo va a ser a base de esfuerzo en la subida. No gusta ni apetece nada.

Aunque al poco de empezar a subí decido no volver a mirar el tiempo que llevo, intento mantenerme en 3’30» de subida, pero no es fácil durante todo el trayecto de cuestas. Aprieto. Voy contando los cruces, ya que al quinto se ve el estadio de fútbol. Aprieto, subimos, torcemos, aprieto, torcemos, … ya queda menos, siempre queda menos me repito varias veces. Y así hasta que, lro fin, quinto cruce, se ve el estadio del Rayo Vallecano y solo queda darle la vuelta subiendo.

Aprieto lo que puedo, pero no al 100%. Este año quiero entrar sonriendo y siendo consciente del disfrute de entrar en meta.

Han cambiado la entrada y se da casi una vuelta completa dentro del estadio. Mucho más bonito y para disfrutarlo.

En la última recta voy desmarcado de grupos, por lo que, para que me vean mi madre y mi tío, comienzo a saludar al público. El estadio, al verme agitar los brazos, se levanta y empieza a aplaudirme y a gritar. Hasta parece que soy el primero, jajaja. Me produce una gran alegría y me da igual el tiempo. Veo que no batiré mi récord, pero aprieto para bajar de 35′.

Al final entro en 34’52».

He disfrutado mucho la carrera, he volado, he sufrido, me ha encantado la llegada (y casi me quedo con esta parte de toda la carrera) y estoy contento. Realmente un poco pesaroso también por no haber bajado mi MMP, pero rápidamente decido que no volveré a intentarlo al año que viene. Tengo una marca muy muy buena para no ser profesional y no tengo ninguna necesidad de batirla. A disfrutar a partir de ahora.

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