Este año repito porque mi amigo, Carlos Benito, me dijo que iba. Con tal de verle un rato, que hacía tiempo que no nos encontrábamos, decido apuntarme. Va con unos amigos de su pueblo, de los cuales, ya he coincidido con alguno en la Media de Fuencarral.

El año pasado quedé tercero. Este año me lo quiero tomar con calma ya que no estoy igual de preparado y me gustaría que fuera un entrenamiento largo, acabando sobre 1h30′.

Llego temprano para recoger el dorsal. Voy a encontrarme con Carlos y su grupo. Hablamos una rato, voy al coche a ponerme de corto y vuelvo a la salida para encontrarnos de nuevo.

Uno del grupo que no conocía, Mariano, con 58 años, siendo la primera vez que corre esta carrera, intentará ir al mismo ritmo que yo. El recorrido no ha cambiado respecto al año pasado.

Empezamos la carrera saliendo todos juntos a ritmo tranquilo. Nos quedamos 3 del grupo en la primera subida y correspondiente bajada. Seguimos por Valdebebas callejeando, entrando y saliendo al principio siempre por asfalto. Nos quedamos Mariano y yo en poco los dos solos y comenzamos a hablar un poco.

Tras alguna cuesta abajo, me desmarco, pero decido esperarlo para no dispararme, que si no pierdo el control y empiezo a acelerar.

Hacemos subida larga sobre los 5.000 metros, bajamos por la misma calle, hacemos idas y venidas para dirigirnos, por camino de tierra, hacia el parque Felipe VI, que bordeamos por todo el exterior. Primero, antes de la ciudad deportiva, por la acera y carril bici. Luego pasamos por la entrada que suelo coger desde el trabajo y corremos por pista de tierra hasta la subida camino de la gasolinera y punto más alto de la carrera.

Tras una primera bajada sin mucho desnivel, cambiamos de carril para tirarme de cabeza en la gran bajada. Tras ello, reduzco el ritmo y espero a Mariano.

Rodeamos el parque por el exterior y pasamos el túnel por debajo de la carretera, yendo a las cercanías de La Moraleja. Camino de tierra muy agradable, casi todo cuesta abajo, con algún pequeño repecho, que me hace recordar el ritmo fuerte que hice el pasado año y que incluso me sorprende a la velocidad que fui comparado con el esfuerzo que supone.

Seguimos bajando hasta el último puente que cruzamos por abajo, donde torcemos a la derecha y enfilamos la última recta, con un poco de pendiente, para encarar la meta.

Mariano indica que apretemos para terminar antes y le damos un poco más de velocidad a las piernas.

Acabamos en 1h32’34» con unas sensaciones muy buenas, objetivo cumplido y una sensación de haber disfrutado de la carrera mucho más que su hubiera disputado el podio.

De haber corrido más rápido, habría conseguido hacer podio fácilmente, pero realmente no hubiera merecido la pena. No hubiera disfrutado la carrera a cambio de un trofeo. Hay que cambiar el pensamiento de cómo correr la mayoría de estas pruebas.

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