A mes y me dio de operarme, no esperaba estar corriendo una Media Maratón. Sobre todo, porque no he podido prepararla ni hacer una tirada que se le acerque.

De todas formas, es un fin de semana que vamos a Badajoz y quiero aprovechar para correrla, ya que me gusta bastante al no ser circular por una parte, por la otra, porque es bonita al ir cerca del campo entre Elvas y Badajoz.

La carrera comienza a las 10:30h en la explanada que hay al lado del restaurante El Cristo.

Para ir a la salida se pude coger un autobús en El Corte Inglés que te lleva al inicio, la única pega es que sale dos horas antes de la salida, por lo que cuando llegas allí, te da tiempo a pasear, ir al baño, ver entrega de dorsales, sentarte en un banco a tomar el sol, volver al baño, pasear, dejar la ropa en el bus ropero, calentar y todo esto con mucha calma. Con tanta, que se te quitan las ganas de correr.

Menos mal que avisan por megafonía que quedan 10 minutos. Me coloco en la salida, espero con algo ya de nervios por empezar y ver cómo reacciona la parte baja del cuerpo.

Salimos. Empiezo muy tranquilo. Detrás de un grupo, a sabiendas que hay una curva importante donde hay bloqueo. No hay prisas. Como todos los años.

Cuando dejamos el descampado, empiezo a posicionarme y ganar algunas posiciones para poder coger mi ritmo.

Tras pasar la primera calle, hay un par de cuestas que cojo con ganas. voy adelantando corredores incluso al globo de 1h35′, que lo conozco.

Rotonda y empieza la cuesta abajo, que me tiro de cabeza controlada adelantando a todo lo que veo por delante pero con cabeza para no quemarme en la bajada.

Salimos al campo e intento controlar ritmo. Voy más rápido de lo que pensaba. Las piernas me piden velocidad aunque no sé hasta cuando pueden aguantar.

Empieza una recta muy muy larga, donde no se ve el final. Es ponerle ritmo constante y no descontrolar, hasta que llegamos a una subida considerable, que me hace mantener el ritmo donde el resto de corredores se adaptan a la subida. No es lo más lógico pero las piernas piden subidas y más subidas.

Al llegar al nuevo llano, bajo un poco el ritmo para compensar. Miro el campo para relajarme e intentar contenerme. La verdad, 2 o 3 minutos más o menos no me van a aportar nada en sensaciones, que están siendo buenísimas hasta el momento.

Con ello legamos a la frontera de Caya y entramos en la zona construida de Badajoz. Faro incluido. Que para mi es la parte más fea, toda esta entrada a Badajoz hasta que llegamos el Puente de la Universidad, que cruzar por el río tiene siempre un gran aliciente. En esta parte de San Fernando hay mucho público e intento mantener el ritmo, ya con las piernas notando el exceso de velocidad durante la carrera.

Torcemos por el Paseo Fluvial y decido adelantar a tres que llevo delante desde hace un rato y con lo que estaba conteniéndome. Queda un poco más de dos kilómetros y tengo aún fuerza para continuar.

Torcemos por la biblioteca y vamos a Avenida del Perú, donde incremento el ritmo al pasar por las traseras del Moñino.

Toca la cuesta de Antonio Masa Campos hasta Avenida Villanueva. Aquí acelero. Cuesta arriba. Es lo mío y comienzo a adelantar a algunos corredores. Hago casi una serie larga de subiendo. Tuerzo en la última recta apretando dientes y acelerando. El cuerpo tiene aun fuerzas y voy a ver si reacciona. Lo hace. Sonrío al llegar cerca de la meta. Busco a mi hijo y mi madre pero no los veo.

Acelero para entrar y acabo en 1:27:03. Todo un tiempazo para ir con poca preparación y con cierto temor de reacción del cuerpo.

Veo a mi madre esperándome y, tras estirar y comer, vamos dando un paseo a casa.

Me gusta esta media. Me gusta correr en Badajoz aunque echo de menos las cuestas.

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