Con la intención de pasar un par de días en el parador de Segovia, comer bien y correr la Media Maratón, me apunté a la carrera.

Cuando estábamos dispuestos a irnos el sábado, el peque se puso malo de la tripa vomitando y con fiebre, así que tuvimos que abortar planes de fin de semana, aunque la carrera la acabo corriendo. Para ello, me toca el domingo levantarme temprano, coger el coche y salir carretera adelante a por otro reto. Menos mal que había opción de recoger el dorsal el mismo día de la carrera.

El día es muy caluroso y empezamos a las 10:30, por lo que parece que va a pegar bien el sol, ya que se va notando los rayos desde las 9 de la mañana.

Como llego con bastante antelación para recoger el dorsal, me relajo antes de la carrera dando una vuelta por el centro, comprando pan e incluso leyendo un rato en el coche.

A las 10:30, debajo del Acueducto, que es donde se encuentra la salida y meta, dan los cañonazos de salida que dejan todo lleno de humo y nos lo comemos literalmente todos los corredores. Bajamos por la Vía Roma hacia El Sotillo. Como una urbanización a las afueras con chalets donde hacemos un recorrido un poco feo si no fuera porque pasamos un par de veces por un rio.

Damos una vuelta por aquella zona y volvemos hacia el rio Eresma, pasando por una Alameda muy bonita y con mucha vegetación, lo que hace que nos cubramos del sol y no se note tanto el calor.

Al final de la Alameda, entramos en el Santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla. Damos la vuelta tras entrar en el recinto y nos dirigimos camino al Acueducto. Esto puede ser sobre el kilómetro 8, donde de momento llevo buenas sensaciones y adelantando tranquilamente a los corredores que voy poco a poco cogiendo.

De vuelta, por el paseo de Santo Domingo de Guzmán, comienza una cuesta arriba considerable. Una cuesta de entre uno y dos kilómetros que deja a la mayoría de los corredores a un ritmo bastante bajo. Yo continúo con mi serie cuesta arriba y adelantando a todo lo que puedo. Me sigue costando bajar el ritmo en las subidas… Menos mal que hay mucha animación y nos empujan a tirar del cuerpo hacia arriba.

A llegar al Acueducto la cuesta se hace hacia abajo. Está lleno de genta vitoreando a los corredores. Ahora comenzamos a callejear por en centro. comenzamos por calles peatonales con muchos segovianos. Nos pasamos a calles empedradas, donde todos los corredores vamos de acera en acera para salvar el suelo y que no repercuta en tobillos y gemelos. Es un callejeo puro y duro por todo el centro de la ciudad. Y menos mal que hay muchas personas animando por las calles porque, la verdad, es un poco rompepiernas el tanto torcer calle a izquierda y calle derecha, con cuestas arriba y abajo.

Apenas miro el reloj. Todo sensaciones. Aún así, creo que voy deprisa todo el tiempo. Imagino que será porque no dejo de adelantar a corredores y no me ha adelantado nadie en toda la carrera. Aparte, como no conozco la ciudad, me dejo llevar por todas partes y no sé ni por donde voy, ya que tampoco miré recorrido. Esta sensación, que uso mucho en ciertas carreras, me hace ir menos preocupado y más libre.

Así transcurren los últimos kilómetros, mirando ya un poco el reloj para ver cuánto queda, con ganas de finalizar la carrera, con las piernas libres y manteniendo el ritmo. Al poco, pasamos en el inicio del Acueducto, donde nos separan de la llegada para dar una vuelta por el exterior y las calles peatonales cercanas.

Esto ya son los dos últimos kilómetros y ya solo queda el último esfuerzo para terminar en buen tiempo la carrera. Miro el reloj y me quedo sorprendido.

Torcemos en varias calles y afronto el último kilómetro totalmente solo por la avenida del Acueducto, animado por el público. Da la sensación que voy el primero y voy a ganar, ya que no veo corredores.

Se ve el Acueducto al fondo. La entrada a meta es cuesta arriba. aún tengo fuerzas para apretar un poco y hacer los últimos 200 metros al esprint.

Veo el crono de la meta y va por una hora y veintidós minutos. Aprieto más para mantener el tiempo y acabo en un impresionante 1h22»34″. Impresionado estoy con una carrera tan exigente y sin haberla preparado. El cuerpo responde bien y las sensaciones son magnificas.

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