Maratón de Barcelona 10/03/2024
Intenté conseguir un dorsal en esta maratón con el sorteo gratuito de Zurich, pero me tocó para maratón de Madrid.
El 28 de Febrero me ofrecen un dorsal a precio de primer tramo de venta.
Mónica y Ana han tenido una niña que no conocemos. Roberto Ocaña va a la carrera. Llamo a Carmen. Le propongo irnos el siguiente fin de semana para ver a la niña y correr la maratón. Todo cuadra. Resrvo hotel Compro dorsal. Compro billetes tren. ¡Nos vamos a Barcelona a correr la maratón!
Ni por asomo tenía pensado entonces correrla ni la estaba preparando, aunque estaba haciendo alguna tirada larga con Roberto y alguna series, no había hecho ninguna sesión de fuerza. Aparte, llevo cuatro años sin correr una maratón y ahora voy a correr dos en mes y medio.
Con mezcla de respeto, inconsciencia y mente en blanco, nos plantamos en Barcelona el viernes en un hotel cerca de la Sagrada Familia, en la calle Napoli. El sábado lo pasamos tranquilos en CosmoCaixa (con siesta incluida en planetario) e intentando no gastar más energía de la cuenta. Roberto me recoge el dorsal y luego quedamos todos para cenar un poco de pasta.
El día de la carrera aún no tengo claro lo que voy a hacer. El objetivo si lo tengo en mente, que es disfrutar e intentar llegar a meta con la sonrisa en la boca. Espero que sea la primera maratón que disfrute más que sufra sin estar pendiente del crono.
Como cogí un dorsal de otro corredor y no pude cambiar el nombre, me tocaba salir del cajo de 3h30′. Pero justo en la entrada a cajones, en la Plaza Cataluña, conseguí colarme en el cajón anterior, que salían los sub 3h y 3h15′. Así no iría muy ralentizado y este sería el ritmo que podría llevar.
En la misma salida decido que puedo ir a ritmo de 3h hasta que el cuerpo o cabeza aguanten. Luego me puedo relajar si no respondo e ir a un ritmo más tranquilo, llegando cuando sea oportuno. Siempre disfrutando y sin tener que sufrir más de lo normal en una carrera de esta distancia. Vamos a ver que pasa y cuando aguantan las piernas.
A esto, dan la salida y salimos a ritmo de 4min/km. La desbandada del principio que da la sensación de estar corriendo la milla.
Vamos juntos por la Calle d’Aragó y comento de ir cada uno a su ritmo y sin hablar. Queda mucha carrera y no hace falta desgastarse con la saliva.
Cogemos la calle de Valencia con 5 kilómetros rectos. Entre el kilómetro 7 y 8, cerca del hotel, están Carmen y Pedro. Menuda alegría cuando los veo. Primer impacto de motivación. Entre el kilómetro 14 y 15, pasando por la Sagrada Familia, está el hotel también, y estos kilómetros se me pasan volando deseando verlos. Sobre el kilómetro 8 paro a hacer pis.
Y así es. Allí están animando. Le tiro a Carmen los guantes, que hace calor y me sobran. Así voy más cómodo y ligero. Al poco, tengo que parar a evacuar de nuevo. Esto ya me está preocupando porque antes de la primera media ya he parado dos veces. Espero que sea la última, ya que cada parada temo el arranque de después.
A estas alturas de la carrera estoy pensando en llegar a los 21 kilómetros y ver cómo voy de sensaciones y piernas. Será una buena medición para afrontar el resto, a sabiendas que no será la mitad de esfuerzo ni será representativo, pero unas buenas sensaciones elevarán la moral.
Sobre el kilómetro 19 pasamos por el inicio de la carrera. Cosa extraña ir en sentido contrario a la salida, pero una parte bonita de la ciudad.
Al poco pasamos por la Media Maratón al ritmo de sub 3h. Buenas sensaciones de momento, con un ritmo controlado, disfrutando y cabeza fría. Hay mucho ambiente por todo Barcelona y animándonos a todos. Ayuda bastante a mantener la mente concentrada y alegre.
Cogemos la Avenida del Paral-lel camino a la estatua de Colón sobre el kilómetro 24. Por aquí pasamos también hace años con la Media y la Maratón. Buenos recuerdos de este señor apuntando con el dedo adelante.
Nos dirigimos al Parque de la Ciutadella sobre el kilómetro 25. Ahora tengo en mente superar el 29, o lo que es lo mismo, llegar al 30 en buenas condiciones. Ya tengo sobre la cabeza esa sobrecarga del 29 en Hamburgo que no quiero volver a sufrir. Es un gran hito que superar y me da respeto.
En el 27 encaramos el Puerto Olímpico y ya se ve el mar. Hay que disfrutar estas vistas por la Avenida del Litoral, donde al final está este kilómetro 30 que veo como, poco a poco, voy alcanzando y dejando atrás estos temores. Por aquí ya pierdo a Roberto de vista. Entiendo que se ha quedado atrás. Yo sigo a velocidad de crucero, aún con sensaciones buenas, manteniendo al globo de 3 horas a la vista y disfrutando de la carrera.
Entramos en la Avenida Diagonal con un ida y vuelta que me recuerda a mi primera Maratón en la ciudad que hicimos lo mismo. Pasamos por el 32 y siento que empezamos ya la carrera, la parte seria. Es más, no puedo reprimirlo y lo digo en alto.
Al dar la vuelta en la misma avenida, el globo me va incordiando al estar saturado de gente e ir yo muy pegado a él, por lo que decido adelantarlo. Esto es entre le kilómetro 34 y 35. Voy bien de piernas y tengo mucha cautela con este adelantamiento que, aunque ha sido rápido, no quiero mantener ese ritmo.
Voy muy bien de piernas, aunque las noto cargadas. Sé que queda aún lo más duro. Puedo hacer un sub 3h y no quiero estropearlo en los últimos kilómetros de la carrera. Refiero asegurarlo que no arriesgar por hacer un minuto menos. El respeto nunca se lo voy a perder a esta carrera. Espero no hacerlo porque sería cometer un gran error. Ahora toca lo de siempre, no dejar de mirar el reloj para no ir más rápido de lo que debo.
Los kilómetros del 36 al 37 los paso expectante; manteniendo ritmo y con cautela. Disfrutando. Mirando el recorrido e intentando aprovechar esta oportunidad que me dan las piernas y el corazón.
Al pasar el 38 y entrar en la calle de la Marina por el kilómetro ya 39, hay muchísima gente animando, gritando y aplaudiendo. Es impresionante este ambiente. Se me pone la piel de gallina de los brazos y me emociono. No sé si será el esfuerzo o los kilómetros acumulados, pero no tenía este recuerdo más que en Hamburgo. Es mi mejor parte de la carrera y creo no se me olvidará nunca.
Aún emocionado, llego al kilómetro 40. Las piernas van cargadas. Queda un último esfuerzo, donde debo apretar los dientes lo justo para mantener el ritmo, con cuidado de no venirme arriba y apretar. Miro el reloj constantemente ya que hay muchos corredores que van intentando bajar su marca. Tengo que dejarlos a su ritmo y mantener cabeza fría y paso contante. El ambiente se intensifica ya que estamos cerca del final. Hay que mantener también la sonrisa.
En Ronda de Sant Père enfocamos la última recta, el último kilómetro. Está hecho. Me invade la alegría.
Torcemos a la derecha levemente y se ve el Arco del Triunfo, la meta. Menos de 100 metros para entrar y lo tengo a unos pasos. Levanto las manos, grito un leve “Siiiii” entrando en meta en 2 horas 59 minutos y 2 segundos.
Todo un tiempazo. Una carrera impresionante por el disfrute, por las sensaciones, el estado de forma, la vuelta a la maratón, el recorrido, la animación, la ciudad…
Gracias de nuevo Barcelona, he vuelto con otro sub 3 después de 8 años. Espero volverte a ver.
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