Otro año que no puedo falta a una de las carreras que más me gusta participar y que cada vez la cojo con más ganas, aunque no por el frío que suele hacer siempre.

Primera carrera del año y con muchas ganas de empezar a coger ritmo en 2024 con un dorsal puesto.

La idea del día es que me sirva de entrenamiento para la Maratón de Madrid en abril, sin que se me vaya mucho la cabeza y matarme corriendo. Esa es la intención, luego la carrera manda sobre la cabeza.

En esta edición voy con Roberto Ocaña, que tras varias tiradas de más de 21km este año, venimos a esta carrera para estar relajados un fin de semana. Lo que hay que hacer…

El domingo 11 hace un frío que pela. Llegamos una hora antes para recoger el dorsal y damos varias vueltas sin saber qué hacer. Ganas de correr pocas y encima la carrera es a las 10h. Muy tarde para cualquier evento.

Tras la salida, corremos juntos un 2 o 3 kilómetros, pero en la última cuesta abajo saliendo de Montecarmelo, Roberto me dice literalmente que tire para adelante. Me dejo caer todo lo posible sin freno alguno. Porque correr, no corro, me tiro cuesta abajo.

Aquí ya salimos al Pardo, con el paso por debajo de un puente y la primera subida de la carrera. Subida prolongada pero no muy aguda. Aquí aún frescos y con un aire frío que no deja sudar.

Comienzan los toboganes y la carrera va pasando entre cuestas abajo para desprenderse y alguna subida que otra para probar la fuerza.

Cuando llegamos al cuartel que hay sobre el kilómetro 9, cuesta abajo de nuevo y sin frenos, me vuelvo a encontrar a Ángel. Lo conocí el año pasado en la misma carrera e hicimos unos 12 kilómetros juntos. Nos alegramos de vernos y nos ponemos a hablar para ponernos al día. No nos vemos desde el mismo sitio el año anterior.

Al poco de torcer en la M-605 se cae un corredor, al cual intentamos levantar pero se incorpora fácilmente por la adrenalina de la carrera. Pequeño raspón en rodilla y para adelante.

Se nos junta un corredor que es su primer 21k y se va quejando del mal sabor de los geles, que es el primero que prueba en su vida. Vaya día para empezar. nos cuenta que viene de distancias muy cortas y quiere hacer 15 kilómetros en menos de una hora. Anda que no hay carreras mejores para hacer tiempo. Es un crack eligiendo el chaval. Si fuera por mi lo descalificaba. Y eso que parece majo, pero una cosa no quita la otra.

Hablando y comentando nos vamos todo el Pardo esperando que empiece la carrera en el kilómetro 15 al llegar a Herrera Oria. Esto ha sido calentamiento.

Una vez llegamos y ´sobre el kilómetro 16 decido tirar adelante. Ángel lleva un ritmo más pausado, que es lo que debería haber hecho yo, pero la cabeza y las piernas me dicen que puedo subir más rápido y que no espere. Allá vamos.

Sobre el kilómetro 17 paso por la casa del Ángel de Coentrena, que está en el balcón animando. Me ve y me graba en vídeo. Vaya alegría me ha dado, la verdad.

El resto es todo cuesta arriba hasta casi el kilómetro 20. Apretando dientes y pesando bastante las piernas al final. Da gusto esta carrera el ir en estos kilómetros adelantando siempre a todos los que voy viendo, aunque noto la falta de ejercicios de fuerza. Cosa que tengo que mejorar de cara al maratón. El cuerpo me está avisando y lo escribo para reforzar esta señal.

El último kilómetro se hace fenomenal ya que es plano y las piernas van sueltas después de 5 kilómetros de subida. Aquí acelero un poco el ritmo para gastar alguna bala más de cara a llegar pronto a meta.

Al final 1h23’11».

Un muy buen tiempo para una carrera de este perfil y sin ir a por el tiempo desde el principio. Buenas sensaciones y enfilando ya el resto hasta finales de abril con la Maratón.

Fuencarral, ¡hasta el año que viene!



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