Alameda Trail
16/09/2023
En 2022 fue la primera vez que corrí esta carrera. Fue la primera y juré que sería la última por lo dura que es y la falta de entrenamiento en montaña siendo quizás la primera exigente de la temporada…
Pues aquí estoy de nuevo. Con entrenamiento sin cuestas pero decidido acabarla y disfrutarla más que el año pasado, lo que implica que debo de sufrir menos yendo a un ritmo más suave y constante en todo el recorrido.
Este año, además ha habido lluvias durante la semana de la carrera y me puedo esperar un barrizal considerable. Temo los cortafuegos que no sé como se podrán afrontar si están totalmente embarrados. Una nueva ventura y seguro que curiosa experiencia.
Para llegar a la carrera es una media hora de coche hasta Torres de Alameda.
Salí de casa más tarde que el año anterior para descansar pero me encontré con una buena cola de corredores esperando su turno para recoger el dorsal.
Aquí abajo copio la descripción de la web de la carrera (en cursiva). Me ha parecido interesante y la voy a intercalar con mis comentarios:
Se trata de una ruta que discurre casi íntegramente por caminos y senderos que bajo nuestro punto de vista no entraña ninguna dificultad técnica alta.
En la primera parte encontramos un sendero muy divertido de correr con pequeños subes y bajas hasta llegar al km 3, donde tendremos que enfrentarnos a una cuesta en la que en menos de 1 km ganaremos 100 metros positivos. De ahí iremos bajaremos un barranco para volver a subir una cuesta no tan pronunciada pero que exigirá mucho a los corredores por la cantidad de piedras y surcos que tiene.
Efectivamente, la primera cuesta, que no es la más pronunciada, ya te va avisando de lo que nos espera más tarde, calentando las piernas y desgastándolas. Primera subida de ocho que se te quitan las ganas de seguir.
Tras eso llegará el momento de los más asfalteros, que disfrutarán primero de 1 km de pista prácticamente llana, para después llegar a la parte superior del cerro Titán, donde nos esperan una serie de falsos llanos que hay que recorrer con tiento para que no nos pasen factura más adelante.
Esta es la parte «mejor» de la carrera» donde recorremos varios kilómetros sin cuestas pronunciadas y se puede correr sin sufrir. Aquí voy hablando con otro corredor que es su primera carrera de montaña. Hacemos varios kilómetros juntos disfrutando de esta parte del r ecorrido.
La ruta no da descanso y nos presenta un barranco bastante técnico en el que a los surcos, piedras y mini saltos que tiene, se le unen los árboles que derribó Filomena. Una vez salimos de ahí tendremos que negociar una cuesta larga pero bastante tendida, entrando de lleno en el territorio de los famosos y temidos cortafuegos de Alameda Trail.
Esta parte del barranco es ligeramente peligrosa, ya que, cuesta abajo, con piedras grandes y mojadas en todo el camino, hay que controlar no resbalarse ni torcerse el tobillo/rodilla/cadera o lo que sea. Mejor despacio y con calma.
En esta cuesta larga y tendida decido que no pienso correr en ninguna de las subidas que quedan. Todas andando, a buen ritmo, pero sin esforzarme en subir rápido con las manos en piernas. Ya llegaré con mejor cara si subo tranquilo. La meta no me la vana quitar por muy t arde que llegue.
Una sucesión de bajadas y subidas muy pronunciadas con desniveles de los que te hacen exclamar; “¡Con lo bien que estaba yo en mi camita!”.
Si lo dice la organización…
Sin salir del pinar tomaremos una bonita pista donde los pinos nos regalarán su sombra y el terreno nos dará descanso. Pero no podemos relajarnos, porque lo siguiente es una cuesta súper corrible y divertida, ideal para que los galgos del grupo se pongan a prueba.
¿Bonita pista? Y muy corta también. Esta pista sirve para coger aire y esperar lo peor, aunque mejor no pensarlo hasta que te lo encuentre de frente. Es momento de coger ritmo pero sin excederse, ya que hay que reservar fuerte.
La alegría dura poco porque después de un pequeño, pero muy empinado cortafuegos, llega otro de los platos fuertes. LA PELUQUERA. Una cuesta que nunca parece terminar y en la que el sol te “acaricia” la espalda.
Efectivamente, cuando te plantas delante de esta cuesta, no se ve el final. Maldices y empiezas a subir. La sorpresa es que, este año con las lluvias, el terreno agarra mejor y no te resbalas para abajo subiendo con la tierra que levantaba una polvareda al paso de cada corredor.
La siguiente etapa discurre a través de olivares que nos llevarán a un barranco donde es aconsejable tener los ojos bien abiertos. Ese barranco nos presenta un senderito con subidas y bajadas que dependiendo de lo que los corredores hayan apretado en el pinar, les parecerán amenas o infernales.
Esta es la penúltima cuesta y el ánimo de casi terminar ayuda a abordar con humor el final. Otra que subo andando y a esperar ese olivar donde el año pasado no había buenas indicaciones y nos acabamos perdiendo algunos corredores. Parece que este año han aprendido y mejorado las indicaciones.
El postre de la ruta lo llamamos el Pico del Búho. Otra cuesta traicionera llena de surcos y con una pendiente pronunciada. Desde ahí al punto de salida/llegada tendremos 3 km con alguna sorpresa final.
El postre del Pico del Búho se lo podían… Esta cuesta es para reventar al que vaya muy justo, y casi a mi también lo hace. Es larga, con estos surcos de bajada de agua, piedras, cristales minerales por todos lados que te hacen resbalar, cuando parece que llegas al final de la cuesta sigue la subida… un horror final antes de empezar una bajada hasta el pueblo.
Al llegar al asfalto del pueblo, la sonrisa vuelva a la cara. Ya solo quedan los pocos kilómetros finales de entrada y sin cuestas.
Orgulloso esta vez por haberla acabado mejor que el año pasado, entro en meta en 2h9’54». En el puesto 14!!! Nada, pero que nada mal.
Ya veremos el año que viene si repito o no la carrera. La fecha es muy buena.