De nuevo en Madrid preparado para correr la Media Maratón. Esta vez es la Media Maratón de la Maratón de Madrid.

Quizás sea la carrera más bonita en cuanto a recorrido, ya que, corriendo en casa, es un lujazo pasar por todos los sitios emblemáticos de Madrid sin coches, con un recorrido más bonito incluso que la propia Media Maratón de la ciudad, ya que paso por algunos lugares diferentes.

La feria del corredor se encuentra en IFEMA, por lo que retirar el dorsal es un relax al hacerlo el mismo viernes desde la oficina.

Esta vez corro solo y, aunque no tengo ningún objetivo claro, me encuentro bien y me gustaría probarme, por si puedo realizar la carrera en torno a la 1h25′.

El día de la carrera voy en metro, esta vez quiero reservar fuerzas y llegar con tiempo.

Como hay 3 carreras ese día (Maratón, Media Maratón y 10K), la entrega en el guardarropa es rápida, aunque los han colocado en el extremo opuesto a la salida, que es bastante lejos y se tardan como 10 minutos en llegar andando…

Con ello, se me echa el tiempo encima, y tras volver del guardarropa trotando a la salida entre mucha gente, no me da tiempo a calentar en condiciones. Pero como dice mi amigo Carlos Benito: «Tenemos 21km para calentar».

La salida Paseo de la Castellana arriba la hago rápida, aunque relativamente controlada, subiendo a 4’10» hasta las 4 torres para dar la vuelta y bajar por Bravo Murillo.

Me voy sintiendo fuerte y con ganas de luchar, así que decido subir el ritmo cuesta abajo y para ponerme por debajo de los 4′ el km.

Cuando entramos en el barrio de Salamanca comienzan las cuestas arriba pronunciadas. Empiezan las series de cuestas, mejor dicho. No bajo el ritmo. Mantengo la fuerza con más ganas de terminar las cuestas que de conservar fuerza para el resto de la carrera.

Cuando cruzamos de nuevo la Castellana, que veo la calle Eduardo Dato, con toda su gran cuesta arriba hacia la Plaza de Chamberí, no me lo acabo de creer. ¿No había otra opción mejor para no hacer esta gran subida? Pues ahí voy yo a menos de 4′ el km subiendo la cuesta e intentado llegar cuanto antes a la plaza para comenzar a respirar de nuevo.

La Plaza me da la vida al recordar cuando vivía por la zona, pasando por la calle Luchana que tantas veces he estado y por el teatro Luchana donde he ido varias veces con mi hijo.

Llegamos a Bilbao con mucha fuerza aún, aunque con las piernas ya cargadas por las subidas pasadas. Estamos entre el kilómetro 17 y 18. No da la sensación de que estemos a menos de 4 kilómetros de acabar la carrera, ya que aún queda un buen tramo de mapa por recorrer.

Voy a toda máquina por Carranza y rodeamos la Glorieta Ruiz Giménez para bajar por todo San Bernardo. Buen momento para recuperar un poco de corazón a sabiendas que la última parte de la calle es de subida a Gran Vía. Buen momento para soltar y ganar más tiempo.

Al llegar a Gran Vía hay que subir hasta Callao. El tramo es corto pero inclinado y, a estas alturas de la carrera, hay que apretar los dientes para continuar al mismo ritmo.

Miro el reloj y parece que voy mejor de lo pensado. Es la primera vez que me pongo a echar cuentas del tiempo en que puedo terminar la carrera. Me planto en Callao para tirarme de cabeza por Preciados. Qué bonito el recorrido y que rápido lo estoy haciendo.

A toda máquina hasta la Puerta del Sol, donde torcemos a la izquierda por Carrera de San Jerónimo. Calculo de nuevo tiempos y creo que me he pasado de ritmo. Creo que voy bastante, pero bastante bien.

Seguimos por la Plaza de Canalejas gastando la fuerza de piernas que van quedando hasta el Paseo del Prado, pasando por el Congreso de los Diputados. Es una buena bajada, pero el cuerpo nota el cansancio acumulado.

En el Paseo del Prado las piernas no dan más de sí. Intento apretar manteniendo el ritmo de bajada, pero no puedo. Entonces decido sonreír y terminar lo mejor posible.

No veo la meta, que estoy deseando que llegue. Al pasar Neptuno se deja ver. Marca 1h21′ y algunos segundos. Intento apretar para bajar de 1h22′ pero la noto demasiado lejos como para mantenerme ese minuto.

Me dejo llevar, recorro la alfombra azul más sonriendo que forzando y acabo en 1h22’19». Un tiempazo impensable en la salida. No lo hubiera ni firmado si me lo hubieran puesto antes de comenzar.

Vaya carrera que me acabo de marcar que me cuesta explicar cómo he podido marcar este tiempo sin preparación específica y sin ir directamente a por él. Este es el tiempo del 2023 y no pienso volver a intentar bajarlo de lo orgulloso y sorprendido que estoy.

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