XXXIII Media Maratón Marrakech29/01/2023
Hace unos cuantos años, Carlos Benito, de Coentrena, me comentó sobre la Media Maratón de Marrakech. Estuvimos hablando del tema de pasada y se nos quedó una pequeña espinita clavada.
Tenía la opción de buscar una carrera para pasar un fin de semana con amigos y tras ver varias opciones, me vino a la mente esta carrera. Estuvimos comentando entre cinco corredores la posibilidad de ir, aunque al final nos quedamos Carlo y yo solos para el viaje.
Como no conocemos Marrakech, cogemos vuelo el viernes a las 10h para que nos de tiempo a hacer turismo tanto el viernes como el sábado, corriendo el domingo por la mañana.
Nos alojamos en el riad El Hara. El viernes nos recogen en al aeropuerto y nos llevan al riad. Nos atiende el dueño, nos enseña su establecimiento y nos invita a un té, donde se presenta, nos cuenta parte de su vida, nos indica cuando se abrió el riad y le explicamos a qué venimos. Todo muy cordial y amigable.
En el riad nos atienden como si estuviéramos en nuestra casa, tanto en recepción, restaurante, servicio de habitaciones… son todos encantadores y totalmente acogedores.
El viernes comimos en la plaza Jemaa el Fna e hicimos un tour guiado por la medina, aunque empezamos tarde ya que estuvo lloviendo a cántaros y granizando. Si granizando en Marrakech. Después del tour, una Casablanca (cerveza marroquí), cena en el Grand Cafe de la Poste y acabamos en un pub para tomar otras cervezas, con la música a todo trapo y todo el mundo fumando.
El sábado desayunamos en el riad un contundente desayuno. Fuimos a la parte nueva de la ciudad a por el dorsal, que como anécdota, no aparecíamos en las listas de inscritos. Así que tuvimos que rellenar una solicitud para que nos dieran dorsal y camiseta.
Estuvimos paseando por la parte antigua y comimos en la terraza de un restaurante. Todo el fin de semana de comida típica marroquí. Todo delicioso. Después de comer sesión de hamman y a ver la puesta de sol en una terraza de Jamaa el Fna con la mezquita de fondo. Preciosas las vistas.
De vuelta al riad, nos encontramos con Abel Antón, al cual paramos y estuvimos hablando con él unos minutos, que nos dijo que venía a correr como invitado de honor la Media Maratón. Nos hicimos una foto juntos y más contentos que unas pascuas.
Por la noche nos aconsejaron cenar en el La Maison Arabe. Un hotel de lujo cercano al riad, con un restaurante en un patio alrededor de una fuente inmensa donde estaban tocando música tradicional árabe en directo. Una velada muy buena.
Y por fin llegó el día. Buen descanso por la noche y a por un desayuno contundente a las 8h de la mañana. La carrera comienza a las 9:45h por lo que dará tiempo al cuerpo a asimilarlo.
Nos dan un desayuno de lujo en el riad El Hara para ir cargados de fuerza. De ahí a relajarse un poco, cambiarse y salir andando a la salida.
Llegamos unos 20 minutos antes de que la hora de inicio, buscamos el guardarropa, a ver si vemos a Abel Antón por la salida y disfrutamos del ambiente, que hay muchos corredores en el cajón, con drones volando por encima y animando a voces diciendo a saber que. Muchas ganas de empezar ya.
El objetivo creo que lo tengo claro: intentar ir sobre 1h25′ y encontrarme con Abel Antón por el camino para disfrutar unos metros con él.
Dan la salida. Estamos situados a la mitad de la muchedumbre. Me despido de Carlos (ya que vamos a ritmos diferentes). Vamos despacio en el primer kilómetro intentando adelantar por el lateral a corredores que van muy despacio. Sobre el segundo kilómetro empiezo a coger velocidad. Voy más o menos a 4 min/km. Las avenidas son amplias y vamos torciendo varias calles. La carrera se va estirando y se hace más fácil correr, sobre todo cuando empezamos a rodear la muralla y las rectas van aumentando de longitud.
Al poco de pasar por nuestro alojamiento, empiezo a aumentar el ritmo. Pongo velocidad de 3’50» para ver si el cuerpo aguanta y cuanto tiempo, siempre mirando al frente y sonriendo, buscando a algún corredor español entre los participantes.
A este ritmo y con buenas sensaciones, me propongo ver si puedo coger a Abel Antón por el mero echo de coincidir. Esto sin saber a qué ritmo va y si me será posible.
Sobre el kilómetro 6 o 7 lo veo delante. A sus espaldas le saludo y me extiende la mano para chocarla. Empiezo a hablar con él y le pregunto a qué ritmo va. Me dice que intentará acabar sobre 1h30 o 1h31.
Entonces me planteo si seguir al ritmo que llevaba e intentar hacer mi mejor marca desde después de la operación o ir con él durante el resto de la carrera sin forzar, disfrutando y a un ritmo tranquilo y muy bueno. Creo que la duda me duró menos de un segundo. Le pregunto si le importa que le acompañe y me dice que no. Así que, cambio de planes.
Desde ese punto, la carrera se me hace muy amena. Estuvimos casi todo el tiempo charlando. Estoy más pendiente de la conversación con Abel que de la carrera en sí, donde miré el reloj 4-5 veces en esos 14 kilómetros restantes. Espero que Abel no pensara que era un pesado que se le había puesto al lado y le iba a dar la carrera.
Comentamos sobre los tiempos de carrera, las maratones y su esfuerzo, la educación en España del atletismo, cuántas carreras corría al año, su anterior y próxima carrera (sería la maratón de Sevilla), de dónde entrenaba en Soria, le conté en las carreras que habíamos coincidido, mi maratón en pista, de si había estado en Marrakech antes… un poco de todo.
La sensación es como si hubiéramos salido más veces a correr juntos y compartiéramos esos ratos de entrenamiento. Claro, esa era mi sensación, imagino que la de Abel sería totalmente diferente.
Así fueron pasando los kilómetros entre avenidas y rectas muy muy largas y conversaciones varias.
Como anécdota, me comentó Abel que yo iba tranquilo, que podía haber ido más deprisa. Así que me salió del alma. Le dije que tenía dos opciones: o haber ido más deprisa, acabar 5 minutos antes y que hubiera sido una carrera más, o ir con él y que no se me olvidara en la vida la carrera.
Con esas, nos animábamos cuando quedaba poco para terminar de cara a acabar bien en el tiempo estimado. Abel lo tenía totalmente calculado y llevaba el ritmo marcado para acabar en lo previsto.
El último kilómetro parecía que el cuerpo me tiraba hacia adelante con más fuerza, con ganas de hacer un sprint, pero la cabeza me decía que corríamos dos que teníamos que acabar juntos. Y eso hice.
Terminamos la carrera, nos felicitamos y chocamos las manos. Le pedí una foto de recuerdo y nos despedimos. Sensación de carrera breve y me hubiera corriendo con él muchos más kilómetros.
Bebo un poco, como lo que dan en avituallamiento y espero a que llegue Carlos. Nos contamos nuestras carreras, ya que él ha hecho una muy buena marca, y nos vamos al riad contentos con la experiencia vivida. Al llegar, nos felicita el staff del riad, nos dicen que están muy orgullosos de nosotros y nos hacemos una foto todos juntos. Que personas más encantadoras.
Esta carrera y esta ciudad me han encantado. Espero volver. Espero repetir y espero que sea pronto.