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Tras la operación el pasado octubre, vamos a por esta primera carrera donde me planteo correr con otra mentalidad, sin objetivos de tiempo, con menos esfuerzos, menos sacrificios y con el único ánimo de disfrutar del deporte. A parte, comienzo con una carrera que me encanta, que es esta media maratón de Fuencarral.

Evidentemente, ni me la he preparado para marcar un tiempo o ritmo. Voy a ver las sensaciones que tengo y esperando aprovechar el fondo de forma para, tanto aprovechar las bajadas y dejarme caer, como para aguantar a un ritmo de unos 5 min por kilómetros en las partes llanas o en subidas.

Recojo el dorsal el mismo día de la carrera. Tengo la suerte que, cuando voy a por él, me encuentro con Carlos de Coentrena. Alegría total después de varios años sin vernos. Nos ponemos al día de nuestras vidas en poco más de 30 minutos y coincidimos con otros Coentrenas antes de empezar la carrera: Alberto, Ángel, Anita, Diego… todo un placer volveros a ver.

Comenzamos todos la carrera y vamos juntos alrededor de un kilómetro con una media de más de 5 min/km.

Cuando veo la primera cuesta abajo pronunciada, me entra el gusanillo y decido correr la aventura por mi cuenta. Empiezo a dejarme caer y a coger buenas velocidades en las bajadas. Sin mirar reloj pero sintiendo que no fuerzo nada.

Cuando se allana el terreno o hay una subida, comienzo a mirar el reloj para no ir muy deprisa. Intento en torno a 4:45 el minuto o 5. En alguna subida incluso a más de 5 minutos el kilómetro. No hay prisa.

En la parte del Pardo, la más bonita, es donde se encuentran más toboganes, con alguna subida y algunas bajadas muy pronunciadas en las que me dejo caer totalmente adelantando como una moto a muchos corredores. Que sensación más buena el volver de esta forma y a esas velocidades… Disfrutando de lo lindo y con cabeza siempre en esta carrera, ya que los ´últimos 6-7 kilómetros son cuesta arriba y se deben reservar energías.

Así van pasando los kilómetros hasta que llegamos a la gran bajada que termina en la rotonda de la carretera de El Pardo. Comienza una recta larga sin un desnivel muy pronunciado donde las piernas se asientan y cogen velocidad de crucero.

Muy buenas sensaciones hasta el momento y esperando ya a la subida continua final. Tomo un gel para cargar reservas.

A lo lejos se vislumbra un túnel que, tras pasarlo, cogemos la primera gran cuesta de Herrera Oria. Vaya cuesta esta primera. Desnivel importante para romper la monotonía anterior y ser conscientes que la carrera acaba de empezar.

Ahora toca tener cabeza. Mantener la velocidad de 5 min/km. Aunque con mucha fuerza aún, quiero reservarme. No quiero forzar. Quiero seguir disfrutando. Las piernas me piden acelerar pero la cabeza las paran.

Empiezo a adelantar a muchos corredores. Voy más fresco que el resto. Entonces toca animar. Voy intentando dar aliento a todos los que sobrepaso. Esto también me hace no ir tan deprisa. Muchos lo van pasando mal en las cuestas. Y es normal, hay 4 o 5 cuestas bastante largas y con mucha pendiente. Esta parte es muy exigente y muchos corredores quieren bajar de marca.

A falta de 1km se acabaron las cuestas y decido apretar un poco para ir más rápido. Ya que me veo fuerte de piernas y he respetado bastante los ritmos de carrera, vamos a acelerar un poco al final. Me encuentro muy bien.

Se me pone al lado un corredor que va casi esprintando. Le pregunto y quiere bajar marca. Ha estado reservándose durante la subida para acabar bien. Le digo que le acompaño y hacemos los últimos 500 metros a menos de 4 minutos el kilómetro. Las piernas responden perfectamente y así acabamos entrando en meta.

Tiempo final 1h 35′ 38″.

Muy buena marca, muy buenas sensaciones y orgulloso de haber respetado (más o menos) los ritmos prefijados sin excederme en demasía.

Como siempre, espero volver al año que viene.

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