XVIII Medio Maratón de Madrid
07/04/2019

Tiempo: 1:22:09

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En esta carrera no he tenido buenas experiencias durante los últimos años: en 2018 no pude correrla por fallecimiento de un familiar. Los dos años anteriores, con pájaras respectivas. Lo que me hace tener muchas ganas de correrla y a su vez, me da mucho respeto, ya que, aunque han cambiado el recorrido, aún sigue siendo dura. Con tanta precaución, que me inscribí saliendo en el cajón de 1h30′.

Tengo mi mejor marca hace 4 años, en 2015 con 1h27′. El objetivo de este año es bajar la marca y, a ser posible, con buenas sensaciones. Intentaré hacer 1h25′.

El domingo llego justo al guardarropa, y tras 20 minutos des espera en cola, consigo dejar la mochila. Un caos la organización en este sentido, que provoca largas colas en Neptuno, y dificulta que los corredores lleguemos a tiempo al cajón de salida. De ahí, corriendo para entrar en mi cajón 5 minutos antes del comienzo.

Sin apenas calentar se produce la salida en el Paseo del Prado. El comienzo abarrotado, sin poder correr hasta la entrada en la calle Alcalá. La cuesta se sube lentamente, rodeado en todo momento de corredores. Esto me permite no salir muy rápido, aunque tengo la sensación de estar perdiendo tiempo…

En la Puerta de Alcalá comienzo a adelantar, aunque sin precipitarme, ya que el primer objetivo es llegar el kilómetro 5 perfectamente.

Por la calle Velázquez, que es cuesta arriba y con pendiente, me encuentro muy bien, y a buen ritmo, sin mirar el reloj, voy adelantando a multitud de corredores. Muy buenas sensaciones de momento. Y sigo así hasta pasar por la embajada de Estados Unidos y Rubén Darío, donde ya estamos bajando. Y aquí, incremento el ritmo, pero controlando el corazón para no fatigarme más de la cuenta. Hoy toca control.

Ya en recto, por la calle Sagasta recorro una nueva parte de la carrera para mí, y bastante agradable llegar a la glorieta de Bilbao corriendo para tomar la calle Luchana, con una pequeña subida al final para coger Santa Engracia. Este recorrido se hace mucho más ameno y se elimina bastante cuesta.

Ahora toca la gran subida desde Santa Engracia y Bravo Murillo hasta Plaza de Castilla. Voy bien de fuerzas y subo a buen ritmo, sin forzar. Tan buenas sensaciones que no se me hace dura la cuesta arriba, incluso sigo al mismo ritmo tanto en plano como en las cuestas. El globo de 1h25′ lo tengo a la vista todo el tiempo, y cada vez me voy acercando más. En el kilómetro 8 cojo al globo. Mantengo su ritmo durante unos metros, para reponer fuerzas y no venirme arriba. Pienso que el objetivo ya está cumplido y solo tengo que mantener el ritmo para satisfacer la carrera.

En el kilómetro 9 veo que mi ritmo no es el del globo, que he estado a un ritmo superior hasta ahora, ya me he repuesto, y el cuerpo pide más. Así que, casi llegando a Plaza Castilla, decido seguir mi camino, coger de nuevo el mando, y ver qué ocurre. Las buenas sensaciones no se pueden reprimir.

Una vuelta por lo laterales de la Castellana y volvemos a Plaza de Castilla, aún fresco. Mateo Irruria y la cuesta de Pio XII. El asco de cuesta. Me doy cuenta de que es la que hago cada vez que salgo de casa a Chamartín… lo que hace el haber estado con pájaras los últimos años. Y al final, tampoco se me hace tan larga, y, aunque la maldigo un poco, me encuentro como corriendo por el barrio.

Ahora toca Príncipe de Vergara. La falsa cuesta abajo, con inclinaciones, pero con algún repecho que otro. Esta parte es mucho más amena, y aunque me cuesta poco bajarla, sigo manteniendo el control para no hacer sobre esfuerzo. Quedan 7 kilómetros y está casi logrado.

En el kilómetro 6, se pone a mi lado Martín Fiz. Va acompañando a varios corredores que quieren hacer marca. Los dejo pasar y me incorporo detrás siguiendo su ritmo. Van un poco más deprisa que el ritmo que llevaba yo, pero se aguanta fácilmente.

Y sin darme cuenta, llegamos a Alcalá, el grupo de Fiz se me escapa, torcemos para el retiro y nos metemos en O’Donnell para rodear el Retiro. Cojo de nuevo al grupo de Fiz. La bajada por Menéndez Pelayo, a 3 kilómetros de meta, es contenida pero rápida. Aquí ya noto las piernas cargadas, y aunque se que me quedan fuerzas, tampoco quiero arriesgar al final. Aunque con el impulso de la bajada, sin darme cuenta, sigo con la misma velocidad y los dos últimos kilómetros de carrera los hago a menos de 3’30».

Pasamos por Alfonso XII, y no la subimos. Que alegría de carrera esta, oye. Seguimos por el Paseo Infanta Isabel, glorieta Carlos V y al Paseo de Prado.

Qué bonita la llegada. Paseo inmenso, lleno de árboles, público animando, la meta se ve al fondo, antes de Neptuno… y se hacen largos los últimos metros, que queriendo apretar para bajar el tiempo, con una pequeña inclinación arriba el paseo, las piernas me dicen que ya para qué, que me contente con la marca que voy a realizar.

Paso por el arco de meta haciendo 1h22’09». Un tiempazo que nunca hubiera pensado hacer hoy, y que me queda contento, satisfecho y orgulloso de la carrera que acabo de realizar.

Bonito Madrid, bonito recorrido y espero poder repetir el año que viene.
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