X Gran Canaria Maratón
27/01/2019

Tiempo: 3:02:58

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La maratón de este año, por lo menos la primera, parece, a priori, destino perfecto para correr una maratón: una isla, con buen tiempo y sin el frío de enero, recorrido al lado del mar y parte histórica, terminando la carrera en la playa…

Vamos a Gran Canarias, el 27 de enero, con muchas ganas de volverme a enfrentar a la distancia, con mucha fuerza en las piernas y con más ganas de volver al sub 3.

El entrenamiento ha ido perfecto, sin contratiempos y con unas sensaciones bastantes buenas de cara afrontar la carrera.

Volamos el sábado y pasamos el día tranquilo entre comida en paseo marítimo (donde se encuentra el apartamento), la playa, recogida de dorsal…

El día de la carrera me levanto con tiempo de desayunar, de prepararme, de concentrarme… aún así, los nervios afloran y me siento casi novato en ese aspecto. Es bonito no perder esa ilusión y nerviosismo de antes de las carreras, sobre todo, una vez que lo analizas a posteriori, porque antes… sería mejor estar 100% relajado. Habrá que ponerse este punto como objetivo a mejorar. O no.

A las 8 de la mañana estamos con 75% de humedad y con unos 18 grados. Salgo de apartamento, que se encuentra a unos 300 metros de la salida (Centro comercial Las Arenas) y de la llegada (traseras del Auditorio Alfredo Kraus), con dos camisetas técnicas y voy trotando para calentar. En esa distancia llego casi sudando de la humedad que hace. Troto entre la salida y llegada inspeccionado la meta para visualizar mi llegada, para adelantarme al triunfo antes de correr. Importante visualizar el éxito y cargarlo en mente por si necesito tirar de imágenes positivas durante la carrera.

Me sitúo al final de mi cajón de salida (detrás de la élite) calentando en el sitio para no relajarme. Deseando empezar y con sensación de estar en mayo más que en enero.

Tras el disparo, salgo rápido para ir adelantando a corredores que van mucho más lentos y estaban mal situados en la salida.

Vamos dirección Plaza España y sobre el kilómetro 3,5 estamos ya en paseo marítimo. Estaremos en este paseo/carretera casi 19 kilómetros. De ida dirección el aeropuerto, hasta el km.13. Con unas cuantas subidas y bajadas, de un desnivel que no esperaba. El calor también hace efecto, y casi desde el principio, voy sudando más de lo normal para esta hora y época del año.

Bebo sin parar, pero los avituallamientos son solo cada 5 kilómetros. Llevo geles y sales para ir compensando los sudores e hidratos. Cada 5 km. también hay esponjas, que uso sin parar para echarme agua por cabeza, nuca y muñecas. Que calor!!!!

En el km. 13 damos la vuelta en una cuesta arriba, y nos dirigimos al centro de Las Palmas. Otros 9 km. de solana con pequeños toboganes en carretera pegados al mar. Bonito pero muy húmedo. Así hasta el km.22 donde entramos en la ciudad. De momento, a más de la mitad de la carrera, las sensaciones son buenas, con respeto y sabiendo que el calor estará muy presente en el resto de la Maratón.

En el km.23 está Carmen. No me la esperaba tan pronto y me da una subida importante de ánimo, que me recarga pilas y me hace olvidar el desgaste que he realizado por momentos. En 10 km. la vuelvo a ver, y es otro revulsivo.

Del kilómetro 25 al 30 entramos en la parte antigua de la ciudad. Un recorrido sin sentido de callejeo y sube baja por empedrados que carga las piernas y tampoco permite disfrutar del entorno.&

Casi llegando al 33, en una cuesta arriba de unos 200m, decido subirla andando para recuperar un poco de piernas. Aunque llevo tiempo luchando para no parar contra mi cuerpo, aquí ya me lo pide la cabeza y no puedo negarme. Estoy deseando que acabe la carrera.

En el km. 34 me está esperando Carmen en Plaza España. Paso por su lado y cerca de del 35 vuelvo a andar. Me resisto. Sé que cada paso cuenta y va sumando, pero el cuerpo no responde normalmente. Me noto diferente y no comprendo el porqué.

Deseando entrar en el paseo marítimo, donde quedarán 3km en una recta final, viendo el auditorio, paso a duras penas el resto de la carrera. Pensando el llegar cuanto antes y dejar de sufrir.

Bebo todo lo que puedo en avituallamientos, incluso de las esponjas. Hace mucho calor y humedad. En el km. 37 noto flojo el cuerpo, casi mareado. Ando, no me la juego en esto.

Llego al paseo marítimo. Hecho cuentas. Si aprieto, llego antes de 3h. ¿Me veo capaz? ¿Aguanto toda la Playa de las canteras por el paseo marítimo a 4′ el kilómetro?

Al recorrer el primer kilómetro veo claro que no. Que no quiero forzar el cuerpo por llegar unos minutos antes. Me da igual el reloj. Ando. Tengo que llegar, y llegar bien, llegar entero. Estoy a dos kilómetros, hice lo mejor que mi cuerpo y cabeza pudieron, y me quedo tranquilo.

Sigo corriendo y vuelvo a andar a falta de un kilómetro de meta. Control. Llegar corriendo. Me noto muy cansado aunque el cuerpo responde cuando arranco.

El último kilómetro lo hago andando. Lo hago disfrutando de la entrada, buscando a Carmen que me anima a lo lejos nada más verme. No hago un sub 3h. Hago un tiempazo. Estoy muy contento.

Entro en 3h02’58». 46 en la general. Un tiempo increíble para la carrera y las circunstancias climatológicas. Con una espina clavada, pero muy muy contento.

Ahora viene lo bueno: no puedo parar de andar. Entro en fisio. Me dicen que estoy deshidratado. Una hora y media en camilla estirando. Sé me suben los isquios en cuanto me mueven las piernas. Prueba de azúcar. 4 litros de líquido en ese tiempo… Una factura a pagar por el esfuerzo en carrera. Ya sé lo que me pasaba y porqué he reviso que parar.

Otra experiencia única. Otra lección del cuerpo. Cabeza, sigue dónde estás y mantente ahí. Prioridades.

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