54 San Silvestre Vallecana31/12/2018
Multimedia
Objetivo 1: bajar de los 35 minutos.
Objetivo 1: cumplido.
Objetivo 2: disfrutar de la carrera.
Objetivo 2: ¿disfrutar de qué?
En resumen: me he dado una paliza de las que hacen historia para conseguir bajar de 35 minutos en un 10K, en la San Silvestre Vallecana (no está nada mal esta marca… acercándome mucho los profesionales), donde no he disfrutado nada de la carrera, me ha fallado el GPS sin darme la velocidad de carrera y por lo menos, he sentido el apoyo de la gente que me ha impulsado en los kilómetros finales (menos mal).
¿Lo volvería a hacer si me pusieran en la línea de salida? SI rotundo.
¿Volveré a intentar bajar la marca de 10K? NO rotundo (a fecha de hoy, claro está, luego ya se verá).
Llevaba dos años sin correr esta carrera y se me presenta la posibilidad en 2018. Es la mía.
Con muchas ganas de estar en la San Silvestre con más élite de España, siendo una carrera muy rápida, y en plena preparación de la Maratón de Gran Canarias, me veo con fuerza de intentar bajar mi marca personal e intentar bajar de los 35 minutos. Este año hay 1.500 corredores.
Durante la semana me da tiempo a prepararme la carrera psicológicamente y descansar. Todo un logro para las fechas en las que estamos y con el peque.
El día de la carrera estoy de vacaciones y descanso todo lo que puedo, aparte de aprovechar el día para estar con mi hijo.
Voy corriendo de casa a la carrera. Algo más de 2Km de calentamiento. Quedo con un compañero de COENTRENA (Juan) y sigo calentando con él. Trotamos y 5 series para poner los músculos a tono. Nervios constantes durante toda la tarde que cesan al ponerse debajo del arco de salida. Aunque llegamos justos, nos colocamos bastante bien, cerca del arco, en el lateral izquierdo.
Dan la salida y salgo escopetado, al lado de la valla, adelantando a todo el que puedo en la subida de Concha Espina. La verdad, ni me entero de la cuesta.
Torcemos a la derecha e intento ajustar las piernas hasta ponerme a velocidad de crucero. Pero el reloj me marca tiempos incoherentes. Cuando empieza la bajada, me indica tanto que voy a 4’30» como baja a 3’15».
Dejo pasar la primera cuesta abajo hasta coger Serrano, corriendo según sensaciones. El reloj sigue sin responder. Me comienzo a poner nervioso y no dejo de míralo, ya que veo que voy muy rápido y no sé si voy a un ritmo adecuado.
A los 3 km noto que las piernas se van cargando. Sigo sin referencia. Los nervios se acentúan.
Ya en mitad de Serrano estoy deseando llegar a Alcalá para alcanzar la mitad de carrera, que tampoco sé dónde se encuentra. Serrano se me hace largo y comienzo a beber algo de líquido.
Hay mucha gente animando, pero casi ni me entero por el estrés de no saber el ritmo.
Llego a la Puerta de Alcalá y aún no he visto los 5km. ¿Se me habrá pasado?¿Lo habrán puesto esté año? De Puerta de Alcalá hasta Cibeles recupero un poco de oxígeno y libero los brazos.
En el paseo del Prado hay que apretar un poco para mantener el ritmo ya que la pendiente baja. Al lado del museo están los 5km. Con alegría al llegar pero temiendo que aún queda la mitad por correr, y llevo un ritmo muy alto. Los nervios han pasado factura. De todas formas, voy en tiempo de batir récord.
En Atocha hay mucha más gente animando. Vuelvo a apretar los dientes para subir la pequeña cuesta antes de entrar en Ciudad de barcelona. Sin nadie de público al principio de la calle, parece que me libero un poco de presión y corro más tranquilo.
Queda la parte clave de la carrera: una gran cuesta abajo que hay que coger velocidad pero gestionando las fuerzas para el tramo final cuesta arriba.
Sé que voy bien de tiempo pero la cabeza me falla. No disfruto del ambiente aunque veo a muchos animando, volcados con la carrera.
La cuesta abajo se me hace larga. Como siempre, confundo un puente con la M30, y al pasarlo, veo que queda aún un buen tramo.
Estoy deseando que llegue la cuesta arriba. Aunque me voy fundiendo y no me acabo de ver con fuerzas para bajar mi marca, quiero ver hasta donde puedo llegar. Si mis piernas aguantarán.
Entramos en Vallecas y el pueblo de ha echado a la calle para animarnos. Da gusto, aunque vea más asfalto que caras animando.
Aprieto y mantengo. Aprieto y mantengo. Cuesta tras cuesta. Se me hace muy largo. Aunque veo que el cansancio no va a más. La cabeza tira del cuerpo aún a sabiendas que me puedo parar en cualquier momento.
Las cuestas no parecen tener tanta pendiente. Veo una recta muy grande. Creo que al final está el estadio. Se termina la calle y torcemos. Aún queda.
Cuando me empiezo a perderme, veo el estadio. Estoy al lado. Sólo queda dar una vuelta por fuera. Cuesta arriba. Ahora aprieto más los dientes. Voy en tiempo. Veo más 33 minutos en el reloj y queda poco.
Aprieto más para mantener. Veo la entrada. Miro el reloj. Casi 34 minutos. Piso la alfombra roja que da la vuelta al invertir interior del estadio y me encamino hacia la meta.
A sabiendas que bajo de 35′ y sin fuerzas para el sprint, recorro los últimos metros mirado a la grada y al crono. Casi ni me lo creo. Para mí, una gran proeza bajar de 35′ sin una preparación específica.
Tiempo final: 34’42»
Lo necesitaba mentalmente para recuperarme psicológicamente del último maratón, y por temas personales.
Mi tío y mi primo Jose, con mis sobrinos estaban en el estadio viendo mi llegada, y me esperan fuera contentos y orgullosos de mi tiempo. Casi más que yo, que aún no lo acabo de asimilar. Es muy importante para mí ese día.
Ahora en frío, sé que no he disfrutado. Sé que ha sido una paliza. No ha sido una carrera bonita ni tendré un buen recuerdo del recorrido. Pero si tendré una sensación final de clímax que se equipara al bajar de 3h en el maratón.
Vallecas, volveré.
___________________________________________________________