XXXIII Media Maratón de Zamora
19/03/2017
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Primera de las tres medias maratones que tengo en tres fines de semanas consecutivos. El reto principal es acabar las tres carreras en un buen tiempo, controlando los ritmos de carrera, y disfrutando las tres al máximo. Por lo tanto, el objetivo es intentar hacer lo nunca conseguido hasta ahora: gestionar la velocidad en la cabeza, y de paso las piernas, durante parte de la carrera. El reto es correr la mitad del recorrido a un ritmo bueno, sobre los 4′ el kilómetro, y los 10 últimos kilómetros apretar hasta los 3’40».
Aunque no me encuentro aún recuperado del Maratón de Sevilla, ya que comencé muy pronto los entrenamientos, las sensaciones son buenas, y las ganas de disfrutar son muy grandes. Es un reto a tres semanas, y estos solo es el principio. Sé que si aprieto mucho, no llegaré a correr adecuadamente las tres.
El fin de semana en Zamora de visita turística, para hacer un recorrido por la ciudad con la familia, recoger el dorsal y con poco tiempo para descansar. Aparte de una caminata de dos horas con Pedro en la mochila, encantado de ello, pero con los gemelos bien cargados…
El día de la carrera (domingo), aprieta bastante el calor, ya que hace mucho sol, cielo despejado y comienza a las 11 de la mañana.
Tras un buen desayuno vamos a la Plaza Mayor, lugar de salida, a tomar un tentempié, ver el ambiente y calentar un poco antes del comienzo. Hago un par de kilómetros y estoy listo para comenzar. Gorra en tarro me dirijo al hinchable.
En segunda línea de salida, cuando dan el disparo de salida, salimos pitando como liebres asustadas por Santa Clara. Intento coger una buena posición durante los primeros 200 metros y luego bajo un poco el ritmo. Pasamos por el Parque de la Marina Española y tomamos la Avenida Requejo para salir del centro; una recta de varios kilómetros con bajada que ayuda a bajar el ritmo sin desgaste alguno para las piernas. Hasta ahora, no dejan de adelantarme corredores. Es momento de ser conservador e intentar centrarme en el objetivo.
Cogemos el carril bici al lado del río Valderaduey. El camino es muy bonito en la margen del río todo el tiempo. Comienzo a charlar con los participantes e intentar animar la carrera. Voy intentando comentar con todo el que pasa por mi lado. Esto hay que disfrutarlo.
Aparecen un par de coches con el avituallamiento. Botellas de aguas que se agradecen como una buena cerveza en verano. Media para adentro y media a la gorra. ¡Qué calor! Cojo fuerzas y comienzo a apretar el ritmo en tramos para coger a corredores, seguir su ritmo y comentar a su lado parte de la carrera. Luego sigo con mi ritmo y voy a dar caza al siguiente…
Llegamos al Duero y el paisaje es aún más bonito, con un parque a la derecha y el río a la izquierda.Se ve la parte antigua a lo lejos, vegetación en abundancia, muchos pájaros e islotes por todo el recorrido.
Al pasar el parque de los tres árboles, entramos en la ciudad dirección al estadio de atletismo (la llegada) y al parque de la Marina Española para rodear toda la parte antigua. Hay alguna cuesta arriba y abajo para compensar.
Por la Ronda de Torcuato adelanto a la tercera chica y voy hablando con las bicicletas de acompañamiento. En la ronda de Feria cojo a «Alma», la segunda chica que es de Zamora, a la cual anima todo el mundo por la calle. Hablo un rato con ella, con la bicicleta que le acompaña, la animo para coger a la primera y la adelanto pasando la zona del castillo. ¡Vamos a por la primera que está a unos 200 metros!
Nos dirigimos al Puente de los Poetas para cruzar el río. Dejamos de un lado la parte antigua con su muralla y catedral. Volviéndose hay una vista muy bonita.
Nos adentramos en el Barrio Cabañales, callejeando por una calles antiguas, casas viejas, cuestas… vamos, la parte más fea de la carrera con diferencia. Menos mal que sigo animado y hablando con las bicicletas, e incluso animándolas en las cuestas arriba, donde las adelanto y decido subir el ritmo. Llevo unos 14 kilómetros y ya es hora de correr en serio.
En la Avenida de los Nazarenos está la familia animando. No me los esperaba aquí y ¡vaya subidón! Pedro en su silla tranquilo, como si nada (para comérselo).
De ahí volvemos al Puente de los Poetas, dirección al castillo, y rodeando la muralla cogemos la calle Trascastillo, la Avenida de Vigo y la Avenida del Mengue, de nuevo al lado del río Duero. Sigo apretando el ritmo y adelantando a corredores. No sé en qué puesto estoy, tampoco me preocupa pero me surge la duda y si pudiera haber medalla… Me lo quito de la cabeza y vamos a seguir disfrutando. Me pongo a 3’35» el kilómetro y me encuentro bastante bien de fuerzas. Bajo un poco el ritmo para disfrutar, para llegar entero a meta. No es necesario apretar tanto.
Torcemos por Ronda de Puerta nueva para dirigirnos a la llegada en el estadio. Ya conozco esta parte y queda poco para la entrada. Adelanto a varios corredores más ya que me quedan fuerzas aún. Bordemos el estadio y se ve la pista. ¡Que ganas de pisarla!
El tartán es muy agradecido, y una vez se entra en él, el cuerpo y cabeza se relajan. Miro el reloj y voy a hacer mucho menos tiempo del pensado. Decido no apretar más y disfrutar de la vuelta a la pista, me doy cuenta que es mejor acabar sonriendo que apretando dientes y terminar disfrutando también la carrera.
En los últimos 100 metros busco a Carmen en la grada. Hay gente también en el césped del estadio. Miro a izquierda y derecha y la veo cerca de la meta, en el césped, gritando, contenta y animando. ¡Ole, ole y ole! Esto es lo mejor de la carrera. ¡Gracias familia! !Muchas gracias Carmen!
Entro ne 1h21’28». todo un tiempazo para no haber apretado durante más de 11 kilómetros.
Repongo comida, bebida, estiro, unas fotos con la familia en el césped, hablamos de la carrera y al hotel a duchar, que la comida nos está esperado para volver de vuelta a casa.
Primer reto conseguido de los tres que tengo por delante. A descansar un día al menos y poner la mente en el segundo reto.
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