XVI Medio Maratón de Madrid
03/04/2016
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Este es mi tercer medio Medio Maratón de Madrid, hay unos 21.000 inscritos y en esta edición salimos desde el Paseo de Recoletos a la altura del Museo del Prado.
Esta vez no me he preparado la carrera pero vengo con el fondo de terminar hace tres semanas la Maratón de Barcelona en 2h55′. Con ello, tengo en la cabeza bajar mi MMP de 1h19′ a sabiendas que el terreno no me es favorable por las cuestas del recorrido. La idea inicial es intentar bajar y si veo que en km 10 o 15 no voy en tiempo, bajar el ritmo y disfrutar.
El día de la carrera me encuentro más nervioso de lo habitual y tengo muy metido en la cabeza que sí o sí tengo que bajar de tiempo.
A llegar a la salida, me corresponde el primer cajón. Apenas estamos 200 corredores, junto con la élite, de donde saldrá el ganador de esta edición. La verdad, todo un lujo poder estar al lado de los finalistas y calentando con ellos.
La salida la tomo debajo del crono. Muchas buenas sensaciones y nerviosismo. Solamente por estos momentos está mereciendo la pena esta carrera.
Con el pistoletazo inicial salimos todos a gran velocidad, intentando mantener la posición de cabeza.
El primer kilómetro hasta Cibeles se hace duro, algo extraño tan pronto y termina subiendo a la Puerta de Alcalá. En este punto estoy notando las piernas cargadas y faltas de oxígeno. Por la calle Velázquez, en el kilómetro 2, las sensaciones tampoco son buenas. La salida ha sido muy rápida a unos 3’30» en los dos primeros kilómetros. No dejo de darle vueltas a la cabeza sobre bajar de tiempo, el recorrido y las cuestas que estoy subiendo, encontrando en todo un problema pero sin bajar el ritmo alto.
Por Diego de León y Almagro intento recuperar oxígeno en las piernas, pero no toman el suficiente, por lo que noto que no se están recuperando. Aunque me cuesta menos correr, ya que es cuesta abajo, mantengo el ritmo anterior de 3’30». El primer tramo de la subida a Santa Engracia se me hace muy duro. Sigo muy negativo, hasta tal punto que veo que no voy a acabar la carrera, por lo que que decido tomarme un gel, tan negativo que hasta me pongo a andar para ello. Ya casi he tirado la toalla con el tiempo.
Me planteo si seguir e intentar bajar de tiempo, si será aún posible, si seguir corriendo y sobre todo, si cojo un metro y me voy para casa. La cabeza sigue a mil por hora y no ayuda nada. Decido seguir un minuto andando para poder pensar y abstraerme de la carrera y la marca.
Decisión: voy a seguir corriendo. Sé lo que es pasar por esto, porque el cuerpo no responda como pide la cabeza. El año pasado sufrí algo peor, lo que no puedo retirarme. Espíritu deportivo y a terminar la carrera el tiempo que sea. Hay que llegar a meta reconociendo que hoy no puedo conseguir el tiempo que quería.
Por le parque de bomberos de Santa engraci está Isa de Coentrena animando. Esto me sube un poco la moral. Siempre viene bien un grito de ánimo. sigo mirando el crono como si pudiera bajar aún (cuesta desprenderse mentalmente del objetivo). La subida por Bravo Murillo se me hace muy larga. A mitad de la calle está Carmen de Coentrena animando también. Otra subida de moral, que falta me hace. Comienzo a levantar por fin la cabeza, a disfrutar del recorrido, a ver las calles y fijarme en la gente, a liberarme de la carrera.
Por plaza de Castilla me encuentro con Manolo de Coentrena y su cámara. Otro grito de ánimo para la segunda parte de la carrera.
Al pasar las Torres Kio, la cabeza empieza a pensar en que lo que queda es la parte más cómoda de bajada y comienzan a restar los kilómetros. El cuerpo reacciona correctamente, aunque sigue pesando más de la cuenta y cada cuesta arriba se me hace eterna. En una ocasión ando un minuto, una mezcla entre recuperar y no forzar.
Así paso 4 kilómetros hasta llegar a Menéndez Pelayo, que aunque de bajada, decido no aumentar el ritmo y bajar cómodamente, a sabiendas que luego queda la parte de subida antes de entrar al Retiro. Cuando comienza Alfonso XII me da la risa. No sé si seguir al ritmo, coger un taxi o subirme encima de algún corredor. No apetece nada. Así que a mitad de la cuesta, tras pasara al globo de 1h30′, pienso que da lo mismo llegar un minuto antes que después, así que a dar otro paseo de 60″ cuesta arriba y no forzar el cuerpo. Los corredores me animan, me gritan que luche… Me sigue dando la risa, ya que pienso por una parte en qué hago yo en ese tiempo corriendo y por otra que es lo que me he buscado por no saber gestionar mentalmente la carrera.
Tras el descanso, retomo el ritmo relajado para entrar en el Retiro corriendo. No dejo de buscar a Carmen una vez dentro, es lo único que me importa ahora, verla en la entrada. Así que aflojo un poco más y la busco constantemente. Ahí está!!! Preocupada me grita, nos saludamos y a terminar para juntarnos cuanto antes, que estaba muy preocupada ya que no eran horas de entrar por meta. Al final 1h29’33» y otra carrera para el recuerdo.
Un buen estiramiento y a reponerse comiendo y bebiendo, que hay que recuperar el esfuerzo del día.
De estas carreras, con estos resultados, se aprende bastante. De echo, sin consecuencias físicas, sería recomendable que todo corredor que vaya superándose constantemente, las sufriera para darnos cuenta que somos humanos, que no todo es deseo y que el cuerpo y la cabeza son los que mandan.
Resumen del día:
– La salida codo a codo entre la élite de la carrera. Gracias Óscar por hacer que esté en esta posición.
– La llegada con Carmen Hernández Rincón animando independientemente del tiempo que haga en carrera.
– La lección aprendida que por suerte no somos máquinas, y podemos fallar en cualquier momento. I love this game!!!
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