25 Media Maratón de Valencia
18/10/2015
Multimedia
Comienzo por el final, ya que el esfuerzo lo mereció. Por decirlo claro y en pocas palabras: que burrada de tiempo conseguido: 1h 20′ 23″.
Al final de la carrera no cabía en mí. Casi no creía que pudiera haber corrido el Medio Maratón en ese tiempo. Estaba muy nervioso. No sabía qué hacer. Tanto, que a menos de 5 minutos de haber acabado, me encontraba en el metro e vuelta al hotel y sin saber por qué.
Mi objetivo era terminar en este tiempo y lo he conseguido. Quizás haya estado corriendo todos estos años, unos 30, para llegar a este punto. Confirmo que tanto esfuerzo, sacrificio, y persistencia en estos 2-3 últimos años han merecido la pena para conseguir un objetivo que está al alcance de pocos que no son profesionales. La edad también cuenta, aunque también es un grado de experiencia en los momentos difíciles, donde lo único que hace correr al cuerpo es la cabeza.
Me inscribí en el Medio Maratón el 29/06/2015. Desde entonces estaba buscando una carrera sin mucho desnivel para poder bajar de 1h 25′. Valencia parecía el lugar idóneo, ya que también estaba a nivel del mar y sería más fácil en todos los aspectos. A parte, me apetecía volver a Valencia.
Durante el verano, incluso en el mes de Julio que fue insoportable, no dejé de correr casi al mismo ritmo de entrenamiento para llegar en buena forma. A partir de Septiembre, con el entrenamiento específico de Coentrena, me puso bien las pilas para llegar en un estado óptimo.
Fuimos a Valencia en AVE a pasar el fin de semana desde el viernes Carmen y yo. Nos quedamos al lado del Ayuntamiento en el hotel Casual de Cine. El viernes me llamó Óscar de Las Mozas (Coentrena) para darme las últimas instrucciones antes de la carrera y también apoyo. El sábado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias por la mañana, una buena ella para comer en El Coso, en la playa Malvarrosa, y después a la feria del corredor a recoger la bolsa con dorsal. Aquí comienzan los nervios. Ya están montando la llegada, las gradas, cortando alguna calle… que cerca lo tengo. Por la tarde descanso para estar tranquilo el día siguiente.
La carrera era el domingo a las 9h. La salida estaba a unos 4 km del hotel. Ese día me desperté temprano para desayunar en condiciones unas tostadas con mermelada y zumo de naranja, vestirme tranquilamente e ir con tiempo en metro para llegar sin prisas a la salida. Había descansado bien. Tras estar relativamente tranquilo, salí a los 8 d el hotel. Al llegar al metro me indican que el siguiente pasa a las 8:35 y puede que no llegue a la carrera. Me desquicio y maldigo Valencia. ¿Qué clase de transporte es este para un evento tan supuesta mente importante? Salí del metro, pregunté a unos policías y me indicaron que cogiera un bus al lado de la plaza de toros, que llegaría sin problemas y con frecuencia. Hasta que no lo viera no lo creería. Y tuvieron razón. Llegó a los 3 minutos y llegué media hora antes a la salida.
Ya había un ambientazo. Muchos corredores calentando, moviéndose por las calles, en los cajones, gente en cafeterías acompañando a corredores… Entré directamente en mi cajón, el primero después de los profesionales, y comencé a calentar. Los nervios afloraban pero intentaba calmarme. Me repetía que me sentía bien, que podía conseguirlo y que si me quedaba entre 1h 20′ y 1h 22′, el objetivo estaría cumplido. Todo esto dando vueltas dentro del cajón, donde veía que algunos corredores ya se paraban e iban cogiendo sitio para tomar la salida.
Cuando decidí acercarme para la salida, a falta de unos 10 minutos para el inicio, activé el reloj para que comenzara a coger la señal de GPS y estar preparado para la carrera. Me fuí moviendo esperando la salida y el reloj no terminaba de coger la señal. Pasaban los minutos y no dejaba de mirar el reloj, el cual no reaccionaba. Guardamos un minuto de silencio y el reloj tampoco. Dieron la salida de sillas de ruedas y el reloj sería sin dar señales… Me estaba poniendo más de los nervios el reloj que la propia carrera. Comenzaba la carrera.
Empiezo sin correr muy deprisa, ya que tengo a muchos corredores alrededor, pero intento ir adelantando a todos los que puedo para posicionarme y comenzar cuanto antes a poner velocidad de crucero. Aparte, me siento totalmente perdido en velocidad, ya que el GPS no ha cogido la señal. El primer kilómetro lo paso adelantando y corriendo sin una velocidad definida. Pregunto a algún corredor para saber qué tiempo lleva y hacerme así una idea. Me dicen que a 4′ el primero. El GPS igual… Acelero un poco para hacer mi marca. De momento no me está gustando este principio en el que estoy quemando más por la preocupación del ritmo que por la carrera en sí.
En el kilómetro 1,7 el GPS reacciona y lo activo. Pregunto tiempo a otro corredor para tener referencia. Sigo perdido en cuanto a tiempo, no sé exactamente lo que llevo pero puedo hacer un cálculo minuto arriba o abajo. Es el momento de cambiar el chip y pasar a coger velocidad fija hasta el final o lo que el cuerpo aguante.
Así sigo hasta el kilómetro 10, donde me tomo un gel antes de avituallamiento, manteniendo una velocidad constante y muy fuerte. Las sensaciones son buenas ya que las piernas están respondiendo como esperaba. El terreno no tiene desnivel. La crisis del kilómetro 10-11 me la salto, no sé si porque voy más deprisa o por la concentración, pero no aparecen dudas ahora. Pienso en lo que he entrenado hasta ahora, que se está notando en la fuerza con la que responden las piernas. Esas cuestas, esas series, los ejercicios de fuerza… Hoy es el día para hacerlo bien. Todos los pasos de kilómetros están señalizados.
Como no conozco el recorrido, voy como un caballo desbocado siguiendo el flujo de corredores por las calles, que cada vez hay menos delante. Así sigo hasta el kilómetro 15, donde todo va a pedir de boca, con un tiempo para record, haciendo cálculos y pensando en que podía acabar alrededor de 1h 22′. No estaba nada seguro con los 2 kilómetros que no controlaba de salida.
A partir del kilómetro 16 comienzo a sentir que las piernas se van cargando. Ya sólo quedan 5 km. No es nada comparado con los entrenamientos diarios y con lo recorrido hasta ahora. El ritmo es muy muy fuerte. Nunca llegué a hacer una carrera tan larga y rápida a la vez. Cada vez me cuesta más mantenerme y voy oscilando bajando un poco y apretando después para compensar según mis pensamientos van siendo positivos o negativos. Comienzo a dudar si aguantaré así hasta el final .Me acuerdo de un artículo que leí el día anterior en una revista sobre la importancia de la mente en la carrera. Nada que no se sepa, pero tiro de él para conseguir fuerza extra, que falta me hace.
Paso el kilómetro 17. Sólo quedan 4 para la meta. Se me hace muy duro el ritmo que llevo. Dudo cada vez más en poder continuar. Vuelvo a pensar en los entrenamientos y esfuerzos realizados durante estos 4 meses para llegar aquí. Me vuelve a dar aliento y continúo apretando. Pienso en que cada vez me estoy acercando más a la meta.
Me cuesta. Espero con ansía la señal del kilómetro 18. Tengo ganas de acabar ya la carrera. Sigo a la misma velocidad. Me estoy viniendo abajo. Pienso en lo que me ha aguantado Carmen diario durante estos meses, los días cansados y los fines de semana de levantarme temprano para salir a entrenar… Pienso en nuestro estado. En lo que le diré a mi hijo o hija el día de mañana. En que podré decirle que hice 1h 20′. Sigo acordándome poco a poco en todo, lo cual me da fuerzas para mantener la velocidad. Con ello, no aparece la señal del 18, sino la del kilómetro 19. Esto me ha venido mentalmente muy bien. He estado 2 kilómetros fortaleciendo la mente y tirando del cuerpo.
Ahora quedan solo 2 kilómetros. No son nada. Estoy sufriendo mucho, pero ya no importa. Sé que lo tengo al alcance de la mano. Sé que si quiero lo consigo. Sólo depende de mi cabeza, las piernas harán lo que yo les ordene, ya que van al mismo ritmo desde el comienzo. Vuelvo a pensar en mi futuro, en lo que le diré a mi familia y en la hazaña tan bonita que puede ser, en lo que puedo conseguir personalmente. Un corredor grita de desesperación a mi lado porque no puede aguantar más y se para. Me da fuerzas el saber que yo puedo seguir y me siento un privilegiado por aguantar.
Paso por el kilómetro 20 y analizo mis posibilidades en relación con mi estado actual. Creo que el record lo tengo. No sé exactamente que tiempo llevo. Pienso si podré apretar para conseguir bajar algunos segundos. Pienso si aguantaré así hasta el final. Me mantengo al mismo rito esperando que pasen los metros. Sé que me estoy acercando a la meta. Estoy deseando ver la recta de llegada, pero parece que nunca se muestra hasta que van viendo las grúas del puerto. Debo estar muy cerca.
Y es así. Aparece la recta de meta e intento apretar. No puedo, solo mantengo el ritmo. Veo a Carmen a unos 100 metros de la línea llegada, la saludo como puedo y aprieto los dientes para no perder tiempo. Veo a lo lejos 1h 20′ y unos segundos. Vaya tiempazo que voy a realizar. Sigo como puedo hasta cruzar el arco y miro para arriba donde marca 1h 20′ 32». No me lo creo. Lo he conseguido. Todo este tiempo ha merecido la pena con creces. No quepo en mí. Sigo corriendo para no parar en seco, pero el cuerpo me pide respirar y parar, cosa que hago al poco. Recojo la bolsa de comida y bebida y me voy a por una cerveza con limón, la única bebida que había fría. Busco la salida para encontrar a Carmen, que al lado del puerto la veo acercarse. Con los nervios, solo quiero salir e irme para relajarme y pensar en lo conseguido.
Una vez más pienso que uno puede conseguir todo lo que se proponga, siempre que dependa de él mismo y que trabaje con mucho esfuerzo.
El siguiente reto habrá que sopesarlo mucho, porque creo haberme colmado como corredor de Media Maratón.
Gracias a Carmen por aguantarme, ser mi fiel seguidora y mejor fan en las carreras. Y a Coentrena por entrenarme y ayudarme conseguir este maravilloso tiempo.
___________________________________________________________
Multimedia