XII Cross Alpino del Telégrafo
16/06/2015
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Carrera en Cercedilla a las 18h. El tiempo es bueno para correr, con un cielo un poco nublado que evita que haga calor. La carrera son unos 17 kilómetros, 8,5 kilómetros de subida al telégrafo y otros tantos de bajada, haciendo prácticamente el mismo camino en el retorno. Es mi primara carrera de montaña, y estoy muy ilusionado por poder subir corriendo por el monte y disfrutar del entorno. Creo que será una buena experiencia, muy bonita y totalmente diferente a mis anteriores carreras por asfalto. Lo único que estoy totalmente perdido, porque no sé qué rito llevar durante la subida y la bajada. No sé las fuerzas que debo gastar y reservar para cada parte de la carrera y tampoco sé qué ritmo puedo coger, por seguridad también, en la bajada. La única forma de saberlo será corriendo. Allá vamos con las sensaciones de la carrera y el día en la sierra.
Viajamos Carmen y yo en tren a Cercedilla desde Nuevos Ministerios. Salimos al mediodía para ver el pueblo y comer tranquilamente antes de la carrera. Tras una hora de viaje, con la estación de trenes al lado opuesto del centro del pueblo, damos un paseo recorriendo las vías hasta llegar a la calle principal y la plaza del Ayuntamiento.
Vamos dirección al polideportivo para recoger el dorsal, que se encuentra en la otra punto del pueblo en relación con la estación. A llegar, tienen una pequeña feria del corredor montada con algunos estantes comerciales y algunos otros de información en los que los presentes están un poco perdidos en cuanto la organización… Pero al menos consigo recoger el dorsal y la bolsa del corredor.
Con la tranquilidad de haber hecho las tareas, vamos de nuevo a centro buscando algún sitio para comer. El sitio elegido (que nos lo habían recomendado) se llama El chivo loco. Allí nos comemos unas sardinas, un chuletón de ternera y un postre de arroz con leche para coger fuerzas para la carrera. Tras esto, vamos a un velador a tomar un té y descansar esperando que llegue la hora de la carrera.
45 minutos antes de que comience la carrera nos acercamos al polideportivo para ver el ambiente. Ya se encuentran muchos corredores en los alrededores, calentando, cambiándose de ropa, mirando el entorno… Dan la salida a una carrera de niños pequeños, los cuales corren unos 5 kilómetros por la sierra. Los futuros campeones.
Según se acerca la hora entran los nervios y me voy a cambiar a los vestuarios. Hay muchos más ambiente y corredores por todos lados. Me pongo la ropa y vamos a la zona de la salida para calentar un poco antes del comienzo de la carrera. Hay muchas personas alrededor corriendo por todos los lados de las calles.
En la salida me coloco en los primeros puestos. El ambiente es bueno y amigable entre los corredores. Hablo con uno que se encuentra en la salida a mi lado, que se llama Rafa Leborán, y me comenta algunos datos de la carrera, ya que él la ha corrido más de una vez. Le comento que es mi primera vez y le quita importancia a la prueba, tampoco es tan dura… Llega el alcalde de Cercedilla y tras unas breves palabras del organizador, a viva voz, da la señal de salida.
La carrera comienza tropezando con un bordillo, y por poco me caigo a los 5 metros de salir. Luego calle abajo por una cuesta pronunciada por la carretera, tomamos una salida por un camino a unos 400 metros de la salida. tras comenzar por tierra, aparece una cuesta muy pronunciada de unos 200 metros. Como sea todo así… De ahí cogemos una pista en la cual estamos corriendo durante algunos kilómetros. Aunque sigo posicionado adelante de la carrera, el grupo ya se ha roto y estirado bastante. El cabeza de carrera ha cogido mucha ventaja.
Después de esta pista, entramos por una valla entre abierta a una zona reservada por el cual cogemos otra pista cercana a un río. La vegetación es mucho más densa y el camino se hace más estrecho, con árboles a cada lado, bajando un poco la temperatura y con un paisaje mucho más bonito, agradable pero a su vez hay que correr con más cautela debido a que muchos árboles tienen las raíces fuera de la tierra. Hay unas vacas apoyando a los corredores en la margen derecha del camino.
Tras un kilómetro más o menos, nos encontramos con la primera subida fuerte, entre helechos y árboles, hay que hacer una ascensión de unos 300 metros. El camino de la subida es muy estrecho y los corredores que llevo delante veo que comienzan a subir andando a los 100 metros, por lo que me uno a ese ritmo para guardar piernas para el resto de la carrera. Una vez superada la cuesta, me doy cuenta que he hecho lo correcto en fiarme de la experiencia del resto, si no, me hubiera quemado.
Siguiendo por otro tramo de camino, hay una bajada en la cual pasamos por 3 riachuelos que se pasan sin mojarse los pies. La vegetación se hace cada vez más espesa y las raíces de los árboles salen cada vez más de la tierra, así como muchas rocas por el camino que hay que esquivar. Se intercalan las zonas de subida con las zonas relativamente planas, en las cuales voy corriendo y andando para coger la respiración. En una de las cuestas, cojo a Rafa Leborán, al cual le ofrezco agua, ya que no lleva y va un poco tocado con las cuestas arriba. Me comenta que quedan unos 2 kilómetros hasta la cima. Lo paso sin problemas y sigo mi camino hacia arriba. Siguen las cuestas y cada vez hay más inclinación. Cada vez las piernas se cargan más. El corazón cada vez está más agitado y el pulso está muy elevado. Estoy notando lo que es una carrera de trail y la dificultad que conlleva.
Subiendo otra gran cuesta, se ve en la cima el puerto de Navacerrada. La vía del tren, estación, hoteles… la cual cruzamos por la carretera y subimos las dos últimas cuestas al telégrafo. La primera es una parte de escaleras que rompen las piernas. Aquí me cruzo con el primero de la prueba que va bajando como una moto, a una velocidad impresionante por el lateral plano de los escalones. La segunda es la madre de las cuestas, una larga cuesta arriba de tierra que acaba con todas lar reservas de fuerzas que uno pueda llevar a esas alturas. Me doy cuenta que la primera parte de la carrera la he hecho muy rápida y no sé si me quedarán las fuerzas necesarias para llevar un buen ritmo de bajada. Como tampoco tengo experiencia, ya se verá como funciona el cuerpo. Al acabar la cuesta está el avituallamiento, antes de un pequeño repecho para arriba que donde está la cima del telégrafo. Me paro y bebo agua, bebida energética y un trozo de naranja.
En la cima, me paro para recrearme en las vistas de todas la sierra de Navacerrada y los pueblos que se pueden identificar a lo lejos. Cojo el móvil para sacar alguna foto de recuerdo y lanzo un par de ellas. Para la seguir con la carrera, hay que dar una vuelta entre rocas, ayudándote y agarrándote con las manos para no despeñarte por el supuesto camino (que no hay), y donde se puede hacer de todo menos seguir corriendo. Serían unos 200 metros, pero muy lentos y peligrosos.
Tras esto, empieza la verdadera bajada por un pinar muy frondoso de unos 400 metros. Las piernas se empiezan a estirar. Pasado el pinar, cogemos el mismo camino de vuelta que el de subida, con la gran cuesta por medio controlando las piernas para ver cómo responden. Aún siguen agarrotadas de la subida pero se van soltando poco a poco, aunque hay que retenerlas en cada paso ya que la cuesta tiene mucha inclinación y se va el cuerpo fácilmente. Al terminar la cuesta, las piernas siguen temblando. Ahora tocan de nuevo los escalones, que también hay que ir más despacio de lo que se desea para no acabar por los suelos, y por fin un pequeño tramo sin cuesta pasando por la estación de tren de Navacerrada. A partir de ahí, todo cuesta abajo, con piedras, raíces, árboles…
Siento que las piernas me responden y cojo velocidad, aunque con respeto aún por temor a tocar suelo. Se disfruta bastante bajando. Es un gran juego de movimientos de piernas para esquivar lodo lo que va apareciendo en el camino. Es muy divertido. como pega, la velocidad no permite levantar mucho la cabeza y disfrutar en condiciones del paisaje, ya que hay que sortear obstáculos constantemente. Sigo aumentando el ritmo debido a la confianza y voy adelantando a corredores. Me ve o con muchas fuerzas y las piernas responden muy bien.
Cuando quedan unos 4 kilómetros, noto que se me va subiendo el gemelo derecho. Upsss. Esto no va tan bien como pensaba… Hay que bajar un poco el ritmo para que no se suba del todo y tenga que parar. Tras unos minutos adaptando el paso y con un ritmo más bajo, se recupera el gemelo y sin darme cuenta aumento de nuevo el ritmo. Parece que se ha recuperado pero hay que tener cuidado. A unos 2 kilómetros, se me sube el gemelo izquierdo. Ya no hay problema con uno, si no, que los dos los tengo tocados. Esta vez tengo que parar a estirarlos, porque me da la impresión que van a subirse los dos a la espalda. Después de estirar, sigo un poco despacio pero a buen ritmo. Quiero llegar a meta corriendo y no cojeando. Queda poco y no debo forzar. sigo a un ritmo constante intentando no dar pasos bruscos para no realizar ningún movimiento que me fuerce los gemelos.
Un hombre me indica que solo queda un kilómetro para la meta, me da mucho ánimo y sé que voy a llegar bien. Justo ahí comienza una cuesta arriba. Es lo que necesitaba para dejar de forzar las piernas. Y por fin, la casi recta de llegada a la meta. No sé en qué puesto quedaré pero tampoco hay muchas personas en la entrada. Carmen empieza a animar en cuanto me ve. Móvil en mano grabando la entrada.
Noto un gran alegría al haber podido llegar bien a la meta, de haber disfrutado durante de la carrera del recorrido, de haber sufrido durante la subida, de bajar casi como un loco, de haber acabado mi primer trail de montaña y sin estar apenas preparado para esta carrera, de tener a Carmen en la meta…
A partir de aquí, a repostar energía comiendo y bebiendo. Hablamos con Rafa en la meta, que llegó antes que yo. Luego una ducha y directo a la fisio, la cual me dice que tengo una contractura en cada gemelo. Jajajaja. Me hizo hasta gracia. Cada vez que me tocaba alguno veía las estrellas. Peor podría haber acabado, pero por suerte, esto se recupera con un poco de descanso, estiramientos y masajes.
Aparece la clasificación provisional y he quedado ¡¡¡el 27!!! con un tiempo de 1:38:56. Vaya alegría de nuevo. No me imaginaba quedar tan adelante de la clasificación. Ya estoy pensando en repetir el año que viene, pero esta vez, iré más preparado y estrenando nueva categoría de veteranos, lo cual me podría llevar hasta un podio… ya se verá.