Medio Maratón de Madrid
29/03/2015

Tiempo: 1:27:04

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22.000 Personas asistimos a la XV edición del Medio Maratón de Madrid el 29 de Marzo de 2015. La salida se dio a las 9:05 de la mañana en la Calle Alcalá. Un ambientazo al cual acudo mochila en espalda y tranquilo.

Tras la pájara de la semana pasada en Badajoz, el objetivo de esta Media Maratón es llegar a meta, sin sufrir y entre 1h:30′ y 1h:35′. Sin prisas, viendo sensaciones, sin forzar y siendo muy consciente que acabo de realizar un gran esfuerzo para acabar la carrera más dura de mi vida hasta el momento. Así que, a levantar la cabeza, sonreír y disfrutar de Madrid, que siempre merece la pena un buen paseo sin tráfico por el centro de la ciudad.

Me coloco en mi cajón sin ningún tipo de nervios esta vez, relajado y con mucha cabeza. Lo más importante es no dejarse llevar y controlar en todo momento el ritmo para no excederse.

Comienza la carrera y salgo a un ritmo lento, ya que hay mucha gente en mi cajón. Esto me favorece, ya que me obliga a empezar despacio y no con un sprint para avanzar pronto, así comienzo controlando las fuerzas. El globo de 1h:35′ lo tengo detrás, pero ni lo miro ni le doy importancia alguna.

En la subida por la calle Velázquez las piernas empiezan a entrar en calor y ya por Rubén Darío veo que el cuerpo está respondiendo bien, que no hay secuelas de la carrera anterior. De todas formas mantengo la cabeza para ir a un ritmo sano y no forzar en ningún momento.

La subida de Santa Engracia también se hace amena. Otro de los lugares bonitos para correr, donde los bomberos siempre están apoyando cualquier iniciativa deportiva. En este caso con la grúa desplegada y con sirenas al viento. Miro por curiosidad al globo de 1h:35′ y no hay rastro de él. He decidido mirara la velocidad y el tiempo de carrera lo menos posible.

Ya se acerca Cuatro Caminos y la última cuesta larga (todo Bravo Murillo) que pone fin a la primer parte del camino hasta llegar a Plaza de Castilla. A mitad de la cuesta, por la zona de Tetuán, diviso un globo. Le pregunto a otro corredor qué tiempo lleva el globo y, para mi asombro, es el de 1h:30′. ¡Vaya sorpresa! Sin intentar nada, lo tengo a unos 300 metros llevando un ritmo cómodo hasta el momento. Mis fuerzas siguen completas, las sensaciones son buenas y decido seguir con el mismo ritmo. Lo más importante ahora es que no me afecte el «efecto globo» y que no aumente la velocidad.

Tras pasar Plaza de Castilla, sigo disfrutando de la carrera, estirando las piernas en cada pequeño descenso, y viendo que llega la parte menos sufrida de la carrera. Por Mateo Irrunia veo que me acerco cada vez más al globo, hasta que lo alcanzo por Príncipe de Vergara. Ahora me planteo dos opciones: seguir al globo de 1h:30′, lo cual haría muy buena marca y cumpliría mi objetivo, o bien seguir el ritmo que llevo. En apenas dos segundos está decidido. Si me encuentro bien, las sensaciones son buenas, las piernas me responden, queda la parte más cómoda del recorrido y ya he pasado el kilómetro 11, lo único que puedo hacer es seguir disfrutando de la carrera, no anclarme ni mirar hacia atrás al globo, tampoco mirar el reloj y seguir corriendo con una sonrisa.

Los kilómetros pasan tranquilamente con varias cuestas abajo hasta llegar a Menéndez Pelayo, con la gran cuesta abajo bordeando el Parque del Retiro. Aquí aumento el ritmo y me dejo llevar por la cuesta, pensando en sacar algún segundo y subir luego la cuesta de Alfonso XII más despacio para seguir con la misma filosofía de no forzar. Esta parte se pasa rápido y ya se está pensando en llegar a la meta, sabiendo que aún queda una de las partes más fuertes de la carrera.

En Alfonso XII bajo el ritmo, pero menos de lo pensado ya que las piernas y pulmones siguen respondiendo y, a 2 kilómetros de la meta, igual se puede intentar forzar un poco. Las cuestas arriba me las conozco ya y las tengo más que entrenadas. Aguanto la cuesta del tirón hasta la calle Alcalá con la entrada al Retiro. Venga, que queda menos de un kilómetro me digo, como siempre.

Acelero un poco el ritmo, sin esprintar, pero para sacar algún segundo, ya que soy consciente que bajaré de 1h:30′, y la marca será buena. Miro el reloj y me sorprendo.

Al llegar a meta, con un tiempo de 1h:27′:04″ empieza a subirme la adrenalina y me siento bastante feliz, con muchas emociones interiores. Después de una carrera en la que luché bastante por poder llegar a meta, con solo una semana de descanso, he vuelto a hacer muy buen tiempo. ¡Estoy recuperado! Ha sido un bache ya pasado físicamente (pero por suerte no olvidado).

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